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Isaías 8:21 - Biblia Nacar-Colunga

21 Tribulación y hambre invadirán la tierra, y, enfurecidos por el hambre, maldecirán a su rey y a su Dios.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

21 Y pasarán por la tierra fatigados y hambrientos, y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, levantando el rostro en alto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Irán de un lugar a otro, fatigados y hambrientos. Y porque tienen hambre, se pondrán furiosos y maldecirán a su rey y a su Dios. Levantarán la mirada al cielo

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Andarán vagando por el país, amargados y hambrientos, y se pondrán furiosos por el hambre, y maldecirán a su rey y a su Dios: levantarán sus ojos al cielo,

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Pasarán por la tierra fatigados y hambrientos, Y sucederá que teniendo hambre, Se indignarán y maldecirán a su rey y a su Dios. Alzarán la vista

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Pasará alguien oprimido y hambriento; el hambre le irritará y maldecirá a su rey y a su Dios. Volverá su rostro hacia arriba,

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Isaías 8:21
25 Перекрёстные ссылки  

Despedazan a derecha, y se quedan con hambre; devoran a izquierda, y no se sacian. Cada cual devora la carne de su prójimo'


La necedad del hombre tuerce sus caminos, y luego le echa la culpa a Yahvé.


El mes cuarto, el nueve del mes, se apoderó el hambre de la ciudad, y no había en ella nada que comer.


Si salgo al campo, he aquí muertos por la espada; si entro en la ciudad, sufrimientos por el hambre, pues hasta los profetas y sacerdotes andan errantes por un país que no conocen.'


Díjole entonces su mujer: “¿Aún sigues tú aferrado a tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete!”


Si extendieses tu mano y tocaras su hueso y su carne, (veríamos) si no maldeciría tu rostro.”


Pero extiende tu mano y tócale en lo suyo, (veremos) si no te maldice en tu rostro.


El día nueve del cuarto mes del año undécimo de Sedecías era grande el hambre en la ciudad y no había ya pan para la gente del pueblo.


No dilatarás ofrecerme el diezmo de tu era y de tu lagar. Me darás el primogénito de tus hijos.


Todavía estaba hablándoles, cuando ya el rey llegó a él y le dijo: “De Yahvé ciertamente nos ha venido este mal. ¿Tendré yo todavía que esperar más de Yahvé?”


y profirió el nombre de Yahvé y le maldijo. Su madre se llamaba Sulamit, hija de Dabri, de la tribu de Dan.


Entonces clamaréis a Yahvé, pero Yahvé no responderá, puesto que habéis pedido un rey.”


Su opulencia se tornará en hambre, y la desgracia está presta a su lado.


y nadie se apiada de su hermano. Manases contra Efraím, Efraím contra Manases, y ambos a dos contra Judá.


Los pobres se apacentarán en mis pastos y los indigentes reposarán seguros. Yo haré morir de hambre a tu posteridad y destruiré lo que de ti queda.


Vinieron a tu encuentro dos males, ¿quién se duele de ti? Ruina y azote, hambre y espada, ¿quién se compadece de ti?


Por eso se alejó de nosotros el juicio, por eso no nos alcanza la justicia. Esperamos luz, y he ahí tinieblas; resplandor, y caminamos en la oscuridad.'


Por eso dice el Señor, Yahvé: He aquí que mis siervos comerán, y vosotros tendréis hambre. Mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed. Mis siervos cantarán, gozarán, y vosotros seréis confundidos.


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