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Isaías 66:2 - Biblia Nacar-Colunga

2 Todo eso, mis manos lo hicieron; todo esto es mío, dice Yahvé. Y a éste es al que yo miro: I al humilde y abatido de espíritu, al que tiembla ante mi palabra.'

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Biblia Reina Valera 1960

2 Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Con mis manos hice tanto el cielo como la tierra; son míos, con todo lo que hay en ellos. ¡Yo, el Señor, he hablado! »Bendeciré a los que tienen un corazón humilde y arrepentido, a los que tiemblan ante mi palabra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 si todo esto lo ha hecho mi mano y todo esto es mío?, dice Yavé. Pero en quien fijo realmente mis ojos es en el pobre y en el corazón arrepentido, que se estremece por mi palabra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Mi mano hizo todas estas cosas, Y así todas ellas llegaron a existir, dice YHVH. Pero Yo miraré al pobre y humilde de espíritu, Y que tiembla ante mi palabra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Pues todas estas cosas las hizo mi mano, todas ellas son mías -dice Yahveh-. Pero en éste me fijo: en el humilde y contrito, el que tiembla a mi palabra.

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Isaías 66:2
35 Перекрёстные ссылки  

porque así dice el Altísimo, cuya morada es eterna y cuyo nombre es santo: Yo habito en un lugar elevado y santo, pero también con el contrito y humillado, para hacer revivir el espíritu de los humillados y reanimar los corazones contritos.


Sade. Clamaron (los justos), y Yahvé los oyó y los libró de todas sus angustias.


Abre tú, Señor, mis labios, y cantará mi boca tus alabanzas.


Así, pues, amados míos, como siempre habéis obedecido, no sólo cuando estaba presente, sino mucho más ahora que estoy ausente, con temor y temblor trabajad por vuestra salud.


Bienaventurado el hombre que persevera en el temor, pero el de duro corazón caerá en la desventura.


Porque excelso es Yahvé y atiende al humilde, pero al altivo le conoce desde lejos.


Se estremece mi carne por temor a ti, y temo tus juicios. Ayin


Oíd la palabra de Yahvé vosotros los que teméis su palabra: Han dicho vuestros hermanos, los que os aborrecen y os niegan por causa de mi nombre: “¡Que haga Yahvé muestra de su gloria, para que veamos vuestro contento!” Pero han de ser confundidos.


El espíritu del Señor, Yahvé, está sobre mí, pues Yahvé me ha ungido, me ha enviado para predicar la buena nueva a los abatidos y sanar a los de quebrantado corazón, para anunciar la libertad de los cautivos y la liberación a los encarcelados.


Hagamos pacto con nuestro Dios de echar a todas esas mujeres y a los nacidos de ellas, según el parecer de mi señor y de cuantos temen los mandamientos de nuestro Dios, y que se cumpla la Ley.


Y lo oí y se estremecieron mis entrañas; al estruendo temblaron mis labios, se reblandecieron mis huesos, y mis pasos se hicieron vacilantes. Tranquilo espero el día de la aflicción, que vendrá sobre el pueblo que nos oprime,'


Sin-. Persiguiéronme sin causa los príncipes, pero mi corazón temía tus palabras.


Juntáronse conmigo todos los temerosos de las palabras del Dios de Israel por la prevaricación de los hijos de la cautividad. Yo estuve desolado hasta el sacrificio de la tarde;'


Alzada en lo alto vuestros ojos y mirada: ¿Quién los creó? El que saca numerado su ejército, y todos los llama por su nombre, y por la gran fuerza y enorme potencia ninguno falta.


El es antes que todo, y todo subsiste en él.


Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que has de hacer.


Pues yo os digo que lo que aquí hay es más grande que el Templo.


¿No es mi mano la que ha hecho todas las cosas?”


La soberbia trae al hombre la humillación, pero el de humilde corazón es ensalzado.


Irán en pos de Yahvé, que rugirá como león, porque rugirá El y se precipitarán sus hijos desde el occidente,


¡Oh hombre! bien te ha sido declarado lo que es bueno y lo que de ti pide Yahvé: hacer justicia, amar el bien y caminar en la presencia de tu Dios.


“¿Has visto cómo se humilla Ajab ante mí? Porque se ha humillado ante mí, yo no haré venir el mal durante su vida; durante la vida de su hijo haré yo venir el mal sobre su casa.”


Y añadió: “El sacerdote Helcías me ha entregado este libro”; y lo leyó delante del rey.'


Cuando oyó el rey las palabras del libro de la Ley, rasgó sus vestiduras,


Mi sacrificio, ¡oh Dios! es un espíritu contrito. Un corazón contrito y humillado, ¡oh Dios! no lo desprecias.


Para que todos vean y comprendan y todos consideren y entiendan que es la mano de Yahvé la que ha hecho esto, y el Santo de Israel el que lo ha creado.


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