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Isaías 51:23 - Biblia Nacar-Colunga

23 Y lo pondré en la mano de los opresores, que te decían: Encórvate para que pasemos por encima, poniendo como suelo tu dorso, como camino para los que pasan.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

23 Y lo pondré en mano de tus angustiadores, que dijeron a tu alma: Inclínate, y pasaremos por encima de ti. Y tú pusiste tu cuerpo como tierra, y como camino, para que pasaran.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 En cambio, entregaré esa copa a quienes los atormentan, a los que dijeron: “Los pisotearemos en el polvo y caminaremos sobre sus espaldas”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Yo se la pasaré a tus opresores que decían: Agáchate, para que pasemos por encima. Y tu espalda quedó como un camino por donde pasaba la gente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 La pondré en mano de tus verdugos, los que te decían: ¡Póstrate, para que pasemos!° Y tú ponías tu espalda como suelo, Como calzada para los transeúntes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 pues la pongo en la mano de tus hostigadores, de aquellos que te decían: 'Dóblate, para que pasemos por encima'. Y hacías de tu espalda como suelo, como calle para los transeúntes'.

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Isaías 51:23
15 Перекрёстные ссылки  

Una vez delante de Josué, llamó éste a todos los hombres de Israel y dijo a los jefes de los hombres de guerra que le habían acompañado: “Acercaos y poned vuestro pie sobre el cuello.” Ellos se acercaron y pusieron su pie sobre su cuello,


He aquí que voy a hacer de Jerusalén una copa de vértigo para todos los pueblos de en derredor. También para Judá habrá angustia y para Jerusalén.


La mujer que has visto es aquella ciudad grande que tiene la soberanía sobre todos los reyes de la tierra.


El atrio exterior del templo déjalo fuera y no lo midas, porque ha sido entregado a las naciones, que hollarán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.


El rescate del justo es el impío; el de los rectos, el prevaricador.'


El justo es librado de la tribulación, pero el impío entra en ella en lugar de él.


Hiciste cabalgar hombres sobre nuestras cabezas. Pasamos por el fuego y por el agua, pero nos sacaste a refrigerio.


Como bebisteis vosotros (mi copa), los de mi monte santo, así beberán siempre todas las gentes. Beberán y sorberán, y serán como si no hubieran sido.


Lo verá mi enemiga, se cubrirá de vergüenza, ella que me decía: ¿Dónde está Yahvé, tu Dios? Mis ojos lo habrán de ver. Ahora será pisoteada como el fango de las calles.


Aradores araron sobre mis espaldas, trazando largos surcos.


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