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Isaías 51:10 - Biblia Nacar-Colunga

10 ¿No eres tú quien secaste el mar, las aguas del gran abismo, y tornaste las profundidades del mar en camino para que pasasen los redimidos?

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

10 ¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasaran los redimidos?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 ¿Acaso no eres el mismo hoy, el que secó el mar, haciendo un camino en las profundidades para que tu pueblo pudiera escapar y cruzar al otro lado?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 ¿No eres tú el que secó el mar y las aguas profundas, e hiciste del fondo del mar un camino para que pasaran los que rescatabas?

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 ¿No eres Tú el que secó el mar, y las aguas del gran abismo? ¿El que convirtió en camino las honduras del mar, para que pasaran los redimidos?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 ¿No fuiste tú quien secó el mar, las aguas del gran abismo, quien trazó un camino en las profundidades del mar para que pasaran los redimidos?

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Isaías 51:10
20 Перекрёстные ссылки  

Así habla Yahvé, el que abre caminos en el mar y senderos en la muchedumbre de las aguas;'


¿Por qué, cuando yo venía, no hallaba a nadie, y, cuando llamaba, nadie me respondía? ¿Habráse acortado mi mano para redimir o no tendré ya fuerza para librar? He aquí que con mi amenaza seco el mar y torno en desierto los ríos, hasta pudrirse sus peces por falta de agua y morir de sed sus vivientes.


En tu misericordia tú acaudillaste al pueblo que redimiste, y por tu poderío lo condujiste a tu santa morada.


Devastaré montes y collados y agostaré todo su verdor; convertiré en islas las corrientes de las aguas y secaré los lagos.'


Con tu poder dividiste el mar y rompiste en las aguas las cabezas de los monstruos.


Estalló tu trueno en el torbellino, alumbraron los relámpagos el orbe, y, sacudida, tembló la tierra.


Increpó al mar Rojo, y quedó seco, y los hizo andar por los abismos como por el desierto;'


los salvó de las manos del que los aborrecía, y los redimió del poder del enemigo.


Y secará Yahvé la lengua del mar de Egipto, y levantará su mano sobre el río con el terror de su soplo, y herirá sus siete brazos, que podrán pasarse a seco.


Y abrirá camino a los restos de su pueblo, a los que quedarán de Asur, como los abrió para Israel el día de su salida de Egipto.


Y habrá allí una calzada y camino, que se llamará la vía santa; nada impuro pasará por ella. El mismo guiará al caminante, y los simples no se descarriarán.'


No habrá allí leones, ni fiera alguna subirá. Por ella marcharán los redimidos


Les llamarán pueblo santo, los rescatados de Yahvé, y a ti te llamarán la “Deseada,” la “ciudad” no desamparada.


en todas sus angustias. No fue un mensajero, un ángel; su faz misma los salvó; en su amor y clemencia, El mismo los rescató, y los soportó y sostuvo todos los días de la antigüedad.'


Tan estrechos estarán, que pasarán el mar, y en el mar herirán las olas, y se secarán las profundidades de los ríos, y será abatida la soberbia de Asur, y Egipto perderá su cetro.


Pero los hijos de Israel pasaron a pie enjuto por en medio del mar, formando para ellos las aguas una muralla a derecha e izquierda.


y volverán los rescatados de Yahvé. Vendrán a Sión con gritos de júbilo, y alegría eterna será sobre sus cabezas. Gozo y alegría alcanzarán, y huirán la tristeza y los llantos.


Como en los días de tu éxodo de Egipto, le haré ver prodigios.


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