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Isaías 32:10 - Biblia Nacar-Colunga

10 Dentro de un año habréis de temblar, ¡oh confiadas! porque se habrá acabado la vendimia, la cosecha no vendrá.

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Biblia Reina Valera 1960

10 De aquí a algo más de un año tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no vendrá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Dentro de poco tiempo, algo más de un año, ustedes que son tan despreocupadas, de repente comenzarán a preocuparse. Pues se perderán sus cultivos de frutas, y no habrá cosecha.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Dentro de un año, más o menos, ustedes que están tan confiadas temblarán al ver que en el tiempo de la vendimia no hay nada que cosechar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Dentro de un año y unos días, Las confiadas temblaréis; Pues se acabará la vendimia, Y no habrá cosecha.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 En un año y unos días temblaréis las que estáis confiadas, pues se habrá consumido la vendimia, y no habrá más cosechas.

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Isaías 32:10
14 Перекрёстные ссылки  

Los aniquilaré — oráculo de Yahvé — ; no quedará racimo en la viña ni higo en la higuera, y se marchitarán las hojas, y les daré (gentes) que los trasladen.'


En aquel día, el lugar donde había mil vides por valor de mil ciclos de plata


Su opulencia será dada al pillaje, y sus casas asoladas. Levantarán casas, y no las habitarán; plantarán viñas, y no beberán su vino.'


Que no dé sus yemas la higuera ni sus frutos la vid, falte la cosecha del olivo y no den mantenimiento los campos. Desaparezcan las ovejas del redil y no haya bueyes en los establos;'


La viña se ha secado, la higuera está enferma; el granado, como la palmera y el manzano y todos los árboles del campo, están secos. La alegría (ha huido), avergonzada, de entre los hombres.'


Ha devastado mi viña, ha hendido mis higueras, las descortezó y derribó, dejando blancos sus sarmientos.


porque mucho tiempo han de estar los hijos de Israel sin rey, sin jefe, sin sacrificio y sin cipos, y sin “efod” y sin “terafim.”


(l4) Talaré sus viñas y sus higuerales, de los que decía: Es el salario que mis amantes me dan. La reduciré a un matorral y la devorarán las bestias del campo.


Ha desaparecido el gozo y la alegría del vergel, ya no hay cantos ni gritos de júbilo en las viñas, ya no se pisa el vino en los lagares, ya cesó el canto del lagarero.


¡Despertaos, borrachos, y llorad! Gemid, bebedores todos de vino por el mosto, pues se os ha quitado el vino de la boca.


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