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Isaías 31:3 - Biblia Nacar-Colunga

3 El egipcio es un hombre, no es un dios, y sus caballos son carne, no son espíritu. Y en tendiendo Yahvé su mano, caerá el protector y caerá el protegido, ambos juntamente perecerán.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

3 Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 ¡Pues estos egipcios son simples seres humanos; no son Dios! Sus caballos son solo carne, no espíritus poderosos. Cuando el Señor levante el puño contra ellos, quienes los ayudan tropezarán, y aquellos que reciben ayuda caerán; todos caerán y morirán juntos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El egipcio es un hombre y no es Dios y sus caballos son carne, y no espíritu. Al primer golpe que Yavé les pegue, vacilará el protector y caerá quien buscaba protección; juntos perecerán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Los egipcios son hombres y no dioses, Sus caballos son carne y no espíritu. YHVH extenderá su mano y el protector tropezará, Y caerá el protegido, y ambos perecerán, Pues así me ha dicho YHVH:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Los egipcios son hombres, no dioses; sus caballos son carne, no espíritu. Cuando Yahveh extienda su mano, tropezará el ayudador, caerá el ayudado, y todos ellos a la vez perecerán.

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Isaías 31:3
25 Перекрёстные ссылки  

Por eso el Señor no se complace en sus mancebos, ni tiene piedad de sus huérfanos y sus viudas. Porque todos son impíos y malvados, y toda boca dice despropósitos. Ni con esto se aplaca su ira, antes seguirá tendida su mano.


¿Dirás ya ante tu matador: Yo soy un dios? Hombre eres, no eres dios en las manos de tu matador.


Tú me dejaste a mí — oráculo de Yahvé — , me volviste la espalda, y yo voy a extender contra ti mi mano y aniquilarte; estoy cansado de sentir compasión.'


Porque el socorro de Egipto no es más que vanidad y nada; por eso le llamo: Rahab que está tranquilo.'


Vano es para la victoria el caballo, pues con todo su vigor no libra.


Qof. Álzate, ¡oh Yahvé! no prevalezca el hombre; sean juzgadas ante ti todas las gentes.'


Y ¿cómo vas a hacer volver la cara a uno solo de los menores servidores de mi señor? Pero tú confías en Egipto a causa de los carros y jinetes.


He aquí que confías en el apoyo de esa caña quebrada, en Egipto, que penetra y horada la mano de todo el que se apoya en él; tal es el faraón, rey de Egipto, para todos cuantos en él confían.'


todos quedarán burlados por el pueblo, que de nada les servirá, ni podrá socorrerlos ni ayudarlos, mas será su vergüenza y su ignominia.


Dejadlos; son guías ciegos; si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en la hoya.'


Mejor es confiar en Yahvé que confiar en los hombres;'


¿Qué haréis el día de la visitación, del huracán que viene de lejos? ¿A quién os acogeréis para que os proteja? ¿Qué será de vuestros tesoros?


y los moradores de esta tierra dirán: Mirad a los que eran nuestra esperanza, a los que pensábamos acogernos para que nos sirvieran de refugio y protección contra el rey de Asiría. ¿Cómo escaparemos nosotros ?


pero no habéis querido, y habéis dicho: No, huiremos en caballos (por eso huiréis), y sobre ligeros (corceles) cabalgaremos. Por eso correrán veloces vuestros perseguidores.


Así dice Yahvé: Maldito el hombre que en el hombre pone su confianza, y de la carne hace su apoyo, y aleja de Yahvé su corazón.


Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así habla el Señor, Yahvé: Por cuanto se ensoberbeció tu corazón y dijiste: “Soy un dios, habito en la morada de Dios, en el corazón de los mares,” y siendo tú un hombre, no un dios, igualaste tu corazón al corazón de Dios,


el arquero no resistirá, el de ágiles pies no escapará, el jinete no se salvará,


El tiene el brazo de carne; pero con nosotros está Yahvé, nuestro Dios, para ayudarnos y combatir nuestros combates.” El pueblo cobró valor con las palabras de Ezequías, rey de Judá.'


así llevará el rey de Asiría a los cautivos de Egipto y a los desterrados de Etiopía, mozos y viejos, desnudos y descalzos, al aire las nalgas, la desnudez de Egipto.


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