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Isaías 26:10 - Biblia Nacar-Colunga

10 Si al impío se le hace gracia, no aprende la justicia, y en la tierra de lo recto hace el mal y no ve la majestad de Dios.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

10 Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Tu bondad con los malvados no los lleva a hacer el bien. Aunque otros hagan el bien, los malvados siguen haciendo el mal y no les importa la majestad del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Pues si se perdona al malvado, no aprende la justicia y sigue haciendo el mal en la tierra del derecho, pues no teme la majestad de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Se mostrará piedad al malvado, Pero no aprenderá justicia; Aun en tierra de rectitud seguirá practicando el mal, Y no considerará la grandeza de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Aunque se trate con clemencia al impío, no aprende la justicia; en país de rectitud obra el mal, no ve la majestad de Yahveh.

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Isaías 26:10
36 Перекрёстные ссылки  

Los de mi pueblo serán colgados junto a sus moradas, ante los que suben a sus ciudades, y no habrá quien los levante.


Yo le he dado tiempo para que se arrepintiese; pero no quiere arrepentirse de su fornicación,'


Levantaos y echad a andar, que no es tiempo de holganza. Por su inmundicia será atormentado con horrible tormento.


Yo os introduje en tierra fértil para que comierais sus frutos y sus bienes, y en cuanto en ella entrasteis, contaminasteis mi tierra e hicisteis abominable mi heredad.


Otra cosa he visto debajo del sol: que en el puesto de la justicia está la injusticia, y en el lugar del derecho la iniquidad.


Porque ese desvío llevará a los simples a la muerte, y la prosperidad de los necios los perderá.


Muchas veces los libraba, pero ellos le exasperaban con sus veleidades, y eran humillados por sus iniquidades.


“Comió Jacob y se hartó, engordó Yesurún y recalcitró — engordaste, te cebaste, te henchiste —, y volvió la espalda a Dios, su Hacedor, y despreció al Dios de su salvación.


Viendo el faraón que habían cesado la lluvia, el granizo y los truenos, acrecentó su pecado,


y los magos dijeron al faraón: “El dedo de Dios está aquí.” Pero el corazón del faraón se endureció, y, como había dicho Yahvé, no escuchó.


Se hartaron en sus pastos, y, hartos, se ensoberbecieron, y por eso me olvidaron.


No quedarán en la tierra de Yahvé, sino que Efraím volverá a Egipto, y en Asiría comerán manjares inmundos.


Así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: Todavía se dirán estas palabras en la tierra de Judá y sus ciudadades cuando yo haga volver a sus cautivos: “Bendígate Yahvé, sede de justicia, monte de santidad.


Y acontecerá aquel día: se tocará la gran trompeta, y vendrán los perdidos en la tierra de Asur y los dispersos en la tierra de Egipto, y se prosternarán ante Yahvé en el monte santo de Jerusalén.


La tierra está profanada bajo sus moradores, que traspasaron la ley, falsearon el derecho, rompieron la alianza eterna.


En cuyos banquetes hay arpas, cítaras, panderos, flautas, vino, y no reparan en las obras de Yahvé ni ven las obras de sus manos.


Meteos en los escondrijos de las peñas, escondeos en el polvo, ante la presencia aterradora de Yahvé, ante el fulgor de su majestad (cuando venga a castigar la tierra).


Enséñame a hacer tu voluntad, [pues eres mi Dios. Tu espíritu es bueno: lléveme por tierra recta.


Samuel dijo: “¿No es verdad que, hallándote tú pequeño a tus propios ojos, has venido a ser el jefe de las tribus de Israel y te ha ungido Yahvé rey sobre Israel?


Porque el insensato dice insensateces, y su corazón maquina la maldad: comete iniquidades, hablando erróneamente de Yahvé; deja vacía el alma del hambriento y quita al sediento la bebida.'


Llevóle entonces el diablo a la Ciudad Santa, y, poniéndole sobre el pináculo del Templo,


aunque sé que ni tú ni tus servidores teméis todavía a Yahvé, Dios.”


Porque persiguieron al que tú habías herido y acrecentaron el dolor del que tú llagaste.


Las armas del malvado son perniciosas: traza planes malignos para perder al desvalido con palabras mentirosas, aunque sea justa la causa del pobre,


pero no se apartaron de los pecados de la casa de Jeroboam, que había hecho pecar a Israel, sino que se dieron a ellos, y aún una “asera” quedaba erigida en medio de Samaría.


Porque no se ejecuta prontamente la sentencia contra el mal, por ello el corazón de los hijos de los hombres se llena de deseos de hacer el mal;'


¿Cómo te has prostituido, Sión, ciudad fiel, llena de justicia? Antes moraba en ella la equidad, y ahora los asesinos.


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