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Hechos 5:30 - Biblia Nacar-Colunga

30 El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros habéis dado muerte suspendiéndole de un madero.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

30 El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 El Dios de nuestros antepasados levantó a Jesús de los muertos después de que ustedes lo mataron colgándolo en una cruz.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de un madero.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándolo en un madero.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros disteis muerte colgándolo de un madero.

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Hechos 5:30
16 Перекрёстные ссылки  

Cristo nos redimió de la maldición de la Ley haciéndose por nosotros maldición, pues escrito está: “Maldito todo el que es colgado del madero,”


Llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que, muertos al pecado, viviéramos para la justicia, y por sus heridas hemos sido curados.


Y nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén, y de cómo le dieron muerte suspendiéndole de un madero.


Prosiguió: El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conocieras su voluntad y vieras al Justo y oyeras la voz de su boca;'


que Dios cumplió en nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús, según está escrito en el salmo segundo: “Tú eres mi hijo, yo te engendré hoy,”


Dios, resucitando a su Siervo, os lo envía a vosotros primero para que os bendiga, al convertirse cada uno de sus maldades.


A este Jesús le resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.


para hacer misericordia con nuestros padres y acordarse de su alianza santa,


Según lo que había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre.


Bendito Yahvé, Dios de nuestros padres, que ha dispuest el corazón del rey a glorificar así la casa de Yahvé en Jerusalén


Yahvé, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, nuestros padres, conserva para siempre en el corazón de tu pueblo esta voluntad y estos pensamientos y encamina a ti su corazón.


David les salió al encuentro y les dijo: “Si venís a mí con buenas intenciones, para ayudarme, mi corazón se apegará a vosotros; pero, si es para engañarme en provecho de mis enemigos, estando mis manos limpias de iniquidad, véalo el Dios de nuestros padres y que El os lo demande.”


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