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Hechos 13:11 - Biblia Nacar-Colunga

11 Ahora mismo la mano del Señor caerá sobre ti y quedarás ciego, sin ver la luz del sol por cierto tiempo. Al punto se apoderó de él la tiniebla y la oscuridad, y daba vueltas buscando quien le diera la mano.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Ahora mira, el Señor ha puesto su mano de castigo sobre ti, y quedarás ciego. No verás la luz del sol por un tiempo». Al instante, neblina y oscuridad cubrieron los ojos del hombre, y comenzó a andar a tientas, mientras suplicaba que alguien lo tomara de la mano y lo guiara.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Pues ahora la mano del Señor va a caer sobre ti, quedarás ciego y no verás la luz del sol por cierto tiempo. Al instante quedó envuelto en oscuridad y tinieblas, y daba vueltas buscando a alguien que lo llevase de la mano.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 ¡He aquí la mano del Señor ahora contra ti, y estarás ciego, y no verás la luz del sol por un tiempo! Y al instante cayeron sobre él tinieblas y oscuridad; y daba vueltas buscando lazarillos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Ahora mismo caerá sobre ti la mano del Señor y quedarás ciego, sin poder ver el sol por cierto tiempo'. Y al instante le sobrevinieron oscuridad y tinieblas y, tanteando, buscaba quien le llevara de la mano.

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Hechos 13:11
18 Перекрёстные ссылки  

Pues día y noche tu mano pesaba sobre mí, y tornóse mi vigor en sequedades del estío. Selah.


caerá la mano de Yahvé sobre los ganados que están en tus campos, sobre los caballos, sobre los asnos, sobre los camellos, sobre los bueyes y sobre las ovejas, una peste muy mortífera.


Terrible cosa es caer en las manos del Dios vivo.


Y convocaron a todos los príncipes de los filisteos, que dijeron: “Devolved el arca del Dios de Israel; que vuelva a su sitio, para que no nos mate a nosotros y a nuestro pueblo”; pues había en toda la ciudad un terror mortal, y la mano de Dios pesaba sobre ella muy fuertemente.'


Son éstos fuentes sin agua, nubes empujadas por el huracán, a quienes está reservado el orco tenebroso.


Jesús dijo: Yo he venido al mundo para un juicio, para que los que no ven, vean, y los que ven, se vuelvan ciegos.


¡Apiadaos, apiadaos de mí siquiera vosotros, mis amigos, porque me ha herido la mano de Dios!


Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no presumáis de vosotros mismos: Que el endurecimiento vino a una parte de Israel hasta que entrase la plenitud de las naciones;'


Fue Ananías y entró en la casa, e imponiéndole las manos, le dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino que traías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.


Porque derramó Yahvé sobre vosotros un espíritu de letargo, y cierran vuestros ojos los profetas y velan vuestras cabezas los videntes.


No me reprendas, Yahvé, en tu furor, ni me corrijas en tu ira.


El rey de Siria estaba en guerra con Israel, y en un consejo que tuvo con sus servidores, dijo: “En tal y en cual lugar acamparemos.”


La llevaron, y la mano de Yahvé se dejó sentir sobre la ciudad, y hubo en ella gran espanto, pues hirió a las gentes de la ciudad, pequeños y grandes.


A los que estaban fuera los hirieron de ceguera, desde el menor hasta el mayor, y no pudieron ya dar con la puerta.”


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