Éxodo 12:32 - Biblia Nacar-Colunga

³² Llevad vuestras ovejas y vuestros bueyes, como habéis pedido; id os y dejadme.”

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Biblia Reina Valera 1960

³² Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacas, como habéis dicho, e idos; y bendecidme también a mí.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³² Llévense sus rebaños y sus manadas, como dijeron, y márchense ya. Váyanse, pero bendíganme al salir».

Biblia Católica (Latinoamericana)

³² Llévense sus rebaños de ovejas y vacunos, como ustedes piden. ¡Salgan, pero denme la bendición!'

La Biblia Textual 3a Edicion

³² Tomad vuestras ovejas y vuestras vacadas, como habéis hablado, y marchaos, y bendecidme también a mí.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³² Tomad también vuestro ganado menor y mayor, como habéis dicho. Despedíos de mí y salid'.

Éxodo 12:32 Перекрёстные ссылки

Éxodo 10:26

Nuestros ganados han de venir también con nosotros; no ha de quedar ni una uña, porque de ellos hemos de tomar lo que ofrezcamos a Yahvé, nuestro Dios, y ni nosotros siquiera sabemos, hasta que lleguemos allá, las víctimas que a Yahvé habremos de ofrecer.”

Génesis 27:34

Al oír Esaú las palabras de su padre, rompió a gritar y a llorar amargamente, y le dijo: “Bendíceme también a mí, padre mío.”

Éxodo 10:9

Dijo Moisés: “Hemos de ir todos, con nuestros niños y nuestros ancianos, con nuestros hijos y nuestras hijas, con nuestras ovejas y nuestros bueyes, porque es la fiesta de Yahvé.”

Éxodo 9:28

Rogad a Yahvé para que cesen los truenos de Dios y el granizo, y os dejaré ir, y no quedaréis más aquí.”

Éxodo 8:28

Pero el faraón endureció su corazón también esta vez y no dejó salir al pueblo.

Génesis 27:38

Y dijo Esaú a su padre: “¿No tienes más que una bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío”; y lloró en voz alta.'

Génesis 15:14

pero yo juzgaré al pueblo que los esclavizará, y saldrán de allí después con mucha hacienda;'

Esdras 6:10

Lo necesario para los holocaustos al Dios de los cielos: novillos, carneros, corderos, trigo, sal, vino y aceite, será entregado, a petición suya, a los sacerdotes de Jerusalén, día por día y sin falta, para que ofrezcan sacrificios de grato olor al Dios de los cielos y rueguen por la vida del rey y la de sus hijos.”