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Eclesiastés 7:25 - Biblia Nacar-Colunga

25 He aplicado mi corazón a buscar e inquirir la sabiduría y la ciencia, y he hallado que la maldad es una insensatez, y la insensatez una locura.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

25 Me volví y fijé mi corazón para saber y examinar e inquirir la sabiduría y la razón, y para conocer la maldad de la insensatez y el desvarío del error.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Busqué por todas partes, decidido a encontrarla y a entender la razón de las cosas. Me había propuesto demostrarme a mí mismo que la maldad es una tontería y la insensatez, una locura.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Cuando me dediqué a saber, a profundizar, a buscar la sabiduría y el por qué de las cosas, reconocí que la maldad es una tontería y una locura.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Dirigí mi corazón al saber, a escudriñar y a buscar el conocimiento y la razón, procurando conocer cuál es la peor insensatez, la necedad más absurda,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 He vuelto a reflexionar en mi corazón y a inquirir acerca de la sabiduría y la razón, a considerar que la maldad es locura, y la necedad insensatez.

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Eclesiastés 7:25
17 Перекрёстные ссылки  

El comienzo de su hablar es necedad, y su fin es loco desvarío.


Esto hallé, dice el Cohelet, pesando las cosas una por una para hallar la razón.


Y desesperé en mi corazón de todo el trabajo que he hecho debajo del sol,


Y dije en mi corazón: “También yo tendré la suerte del necio; ¿por qué, pues, hacerme sabio, qué provecho sacaré de ello?” Y vi que también esto es vanidad,'


Me volví a considerar la sabiduría, la estulticia, la necedad, corno quien desanda el camino anteriormente recorrido.


Como perro que vuelve a su vómito es el necio que repite sus necedades.


Mejor es dar con una osa a quien han arrebatado la cría, que con un necio en el frenesí de su necedad.


Ella le dijo: “No, hermano mío, no me hagas fuerza; mira que no se hace eso en Israel. No hagas tal infamia,'


Levántate, santifica al pueblo, y diles: “Santifícaos para mañana, porque así dice Yahvé, Dios de Israel: Hay en medio de ti, ¡oh Israel! un anatema, y no podrás resistir ante el enemigo mientras no hayas quitado el anatema de en medio de vosotros.


Cuando de vuelta del campo le oyeron los hijos de Jacob, se llenaron de ira y de furor por el ultraje hecho a Israel acostándose con la hija de Jacob, cosa que no debía hacerse.


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