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Eclesiastés 2:1 - Biblia Nacar-Colunga

1 Dije en mi corazón: “Ea, probemos la alegría, a gozar los placeres.” Pero también esto es vanidad.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

1 Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Me dije: «Vamos, probemos los placeres. ¡Busquemos “las cosas buenas” de la vida!»; pero descubrí que eso también carecía de sentido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Me dije: '¡Vamos, encontremos la alegría, y que yo pruebe la felicidad!' Pero eso también no es más que un viento.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Dije en mi corazón: ¡Ven pues, te probaré con el placer! ¡Prueba la felicidad! Pero he aquí también esto era vanidad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Entonces me dije: '¡Voy a probar la alegría, a gustar el placer!'. Pero también eso es vanidad.

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Eclesiastés 2:1
27 Перекрёстные ссылки  

y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes almacenados para muchos años; descansa, come, regálate.'


Por eso alabo la alegría, que el hombre no tiene bien bajo el sol sino comer, beber y alegrarse, y esto es lo que le queda de sus trabajos en los días de vida que le da Dios bajo el sol.


Habéis vivido en delicias sobre la tierra, entregados a los placeres, y habéis engordado para el día de la matanza.


Y vosotros los ricos llorad a gritos sobre las miserias que os amenazan.


De ti mi corazón ha dicho: “Busca su faz”; y yo, Yahvé, tu rostro buscaré.'


Y vosotros los que decís: Hoy o mañana iremos a tal ciudad, y pasaremos allí el año, y negociaremos, lograremos buenas ganancias,


Pues nosotros fuimos también alguna vez necios, desobedientes, extraviados, esclavos de toda suerte de concupiscencias y placeres, viviendo en la maldad y en la envidia, dignos de odio, y aborreciéndonos unos a otros;'


Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino y celebraba cada día espléndidos banquetes.


He aquí que todos vosotros encendéis fuego, encendéis saetas8; caminad a la luz de vuestro fuego y entre las saetas que habéis encendido. Por mi mano os sucederá esto, en tormento yaceréis.'


el Señor, Yahvé, me ha abierto los oídos, y yo no me resisto, no me echo atrás.


Alégrate, mozo, en tu mocedad, y alégrese tu corazón en los días de tu juventud; sigue los impulsos de tu corazón y los atractivos de tus ojos, pero ten presente que de todo esto te pedirá cuenta Dios.'


El corazón del sabio está en la casa en luto, el corazón del necio está en la casa en placer.


Y dije en mi corazón: “También yo tendré la suerte del necio; ¿por qué, pues, hacerme sabio, qué provecho sacaré de ello?” Y vi que también esto es vanidad,'


Al maestro del coro. De David. Dice en su corazón el necio: “No hay Dios.” Se han corrompido, hicieron cosas abominables, no hay quien haga el bien.


Y se dice en su corazón: “¡No me moveré de generación en generación!” El que no está sujeto al mal, maldice.


y el rey de Siria dijo: “Pues anda, vete a la tierra de Israel, y y0 mandaré una carta al rey de Israel.” Partió él, llevando diez talentos de plata, seis mil siclos de oro, diez vestidos nuevos


Bajemos, pues, y confundamos su lengua, de modo que no se entiendan unos a otros.”


En el hades, en medio de los tormentos, levantó sus ojos y vio a Abraham desde lejos y a Lázaro en su seno.


Voy, pues, a deciros ahora lo que haré de mi viña: Destruiré su albarrada, y será ramoneada. Derribaré su cerca y será hollada.


Aun en la risa hay aflicción de corazón, y a la alegría sucede la congoja.


De cuanto mis ojos me pedían, nada les negué, no privé a mi corazón de gozo alguno; mi corazón gozaba de toda mi labor, siendo éste el premio de mis afanes.'


Porque ¿quién puede comer y beber sino gracias a El?


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