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Deuteronomio 20:3 - Biblia Nacar-Colunga

3 y le dirá: “¡Oye, Israel! Hoy vais a dar la batalla a vuestros enemigos; que no desfallezca vuestro corazón; no temáis, no os asustéis ni os aterréis ante ellos,'

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Biblia Reina Valera 1960

3 y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 y les dirá: “¡Préstenme atención, hombres de Israel! ¡No tengan miedo cuando salgan hoy a pelear contra sus enemigos! No se desanimen ni se asusten, ni tiemblen frente a ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Escucha, Israel, estás para enfrentar a tus enemigos; que no desmaye tu corazón, no tengas miedo ni te turbes, ni tiembles delante de ellos,

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 y les dirá: Oye, oh Israel: Hoy vosotros presentáis batalla al enemigo. No desmaye vuestro corazón. No temáis, ni os acobardéis, ni tembléis ante ellos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 diciéndole: 'Escucha, Israel; estáis a punto de dar la batalla contra vuestros enemigos. No desfallezca vuestro corazón. No temáis, ni os turbéis, ni tembléis ante ellos,

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Deuteronomio 20:3
31 Перекрёстные ссылки  

De manera que animosos podemos decir: “El Señor es mi ayuda, no temeré; ¿qué podrá hacerme el hombre?”


Yo me acostaba y yo me dormía, y despertaba, porque Yahvé me defendía.


Nada temas por lo que tienes que padecer. Mira que el diablo os va a arrojar a algunos en la cárcel para que seáis probados, y tendréis una tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida.


Uno solo de vosotros perseguía a mil, porque Yahvé, vuestro Dios, combatía por vosotros, como os lo había dicho.


Combate los buenos combates de la fe, asegúrate la vida eterna, para la cual fuiste llamado y de la cual hiciste bella profesión de fe delante de muchos testigos.


No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, que el alma no pueden matarla; temed más bien a aquel que puede perder el alma y el cuerpo en la Gehenna.'


No temáis, pues. ¿No aventajáis vosotros a los pajaritos?


Mirad que ninguno vuelva a nadie mal por mal, sino que en todo tiempo os hagáis el bien unos a otros y a todos.


que me dijo: No temas, Pablo; comparecerás ante el César, y Dios te ha hecho gracia de todos los que navegan contigo.'


tomarán en sus manos serpientes, y, si bebieren ponzoña, no les dañará; pondrán las manos sobre los enfermos, y estos recobrarán la salud.'


El les dijo: No os asustéis. Buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el sitio en que le pusieron.'


Os envío como ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas.'


El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar y sobrevino una gran calma.


Por eso dice el Señor Yahvé: He aquí que he puesto en Sión por fundamento una piedra, piedra probada, piedra angular, de precio, sólidamente asentada; el que en ella se apoye no titubeará.'


“Cuando vayas a hacer la guerra a tus enemigos, al ver los caballos y los carros de un pueblo más poderoso que tú, no los temerás, porque Yahvé, tu Dios, que te sacó de Egipto, está contigo.


Cuando se vaya a dar la batalla, avanzará el sacerdote y hablará al pueblo,


Dios ha debilitado mi corazón, i y el Omnipotente me aterra.


Mira bien no te inquietes, no ternas nada y ten firme corazón ante esos dos tizones humeantes, ante el furor de Rasín el sirio y del hijo de Romelía.


Moisés respondió al pueblo: “No temáis, estad tranquilos, y veréis la victoria que en este día os dará Yahvé, pues los egipcios que hoy veis no volveréis a verlos jamás.


No os rebeléis contra Yahvé y no tengáis miedo de la gente de esa tierra, que nos la comeremos como pan. Ellos se han quedado sin amparo, y Yahvé está con nosotros.”


Mira: Yahvé, tu Dios, te da en posesión esa tierra; sube y apodérate de ella, conforme a la promesa que te ha hecho Yahvé, Dios de tus padres. No temas, no te acobardes.”


David dijo a Saúl: “Que no desfallezca el corazón de mi señor por el filisteo ese. Tu siervo irá a luchar contra él.”


El tiene el brazo de carne; pero con nosotros está Yahvé, nuestro Dios, para ayudarnos y combatir nuestros combates.” El pueblo cobró valor con las palabras de Ezequías, rey de Judá.'


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