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Cantares 1:4 - Biblia Nacar-Colunga

4 Coro. ¡Arrástranos tras de ti, corramos! Introdúcenos, rey, en tus cámaras

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Biblia Reina Valera 1960

4 Atráeme; en pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; Nos gozaremos y alegraremos en ti; Nos acordaremos de tus amores más que del vino; Con razón te aman.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 ¡Llévame contigo, ven, corramos! El rey me ha traído a su alcoba. Cuánto nos alegramos por ti, oh rey; elogiamos tu amor aún más que el vino. Con razón te quieren las jóvenes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Llévame, oh Rey, a tu habitacion para que nos alegremos y regocijamos, y celebremos, no el vino, sino tus caricias. ¿Cómo podrían no quererte?

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 ¡Atráeme, y correremos en pos de ti! El rey me introdujo en su recámara: Nos regocijaremos y nos alegraremos en ti, Y hallaremos tu amor más fragante que el vino. ¡Con justísima causa te aman!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Llévame contigo corriendo. Introdúceme, rey mío, en tu aposento; gocemos juntos, disfrutemos, celebrando tu amor, mejor que el vino. ¡Con razón se enamoran!

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Cantares 1:4
37 Перекрёстные ссылки  

Nadie puede venir a mí si el Padre, que me ha enviado, no le trae, y yo le resucitaré en el último día.


Los atraí con ligaduras humanas, con lazos de amor. Fui para ellos como quien alza una criatura contra su mejilla, y me bajaba hasta ella para darle de comer


y Yo, si fuere levantado de la tierra, atraeré a todos a mí.


Desde lejos se le hizo ver Yahvé. Con amor eterno te amé, por eso te he mantenido favor.


Teniendo, pues, nosotros tal nube de testigos que nos envuelve, arrojemos todo peso y el pecado que nos asedia, y por la paciencia corramos el combate que se nos ofrece,


Tomando el pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: Este es mi cuerpo, que es entregado por vosotros; haced esto en memoria mía.'


Díjoles el ángel: No temáis, os anuncio una gran alegría que es para todo el pueblo:


pero, mientras fueron a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban prontas entraron con él a las bodas y se cerró la puerta.


Alégrate sobremanera, hija de Sión, Grita exultante, hija de Jerusalén. He aquí que viene a ti tu Rey, justo y victorioso, humilde, montado en un asno, en un pollino hijo de asna.


Cantaré las misericordias de Yahvé, las alabanzas de Yahvé, todo lo que ha hecho con nosotros, lleno de bondad para la casa de Israel; lo que ha hecho por nosotros en su misericordia y conforme a la muchedumbre de sus gracias.'


y dar a los afligidos de Sión, en vez de ceniza, una corona; el óleo del gozo en vez del luto, alabanza en vez de espíritu abatido. Se les llamará terebintos de justicia, plantación de Yahvé para (su gloria).'


En Yahvé será justificada y glorificada toda la progenie de Israel.


Y destruirá la muerte para siempre, y enjugará el Señor las lágrimas de todos los rostros, y alejará el oprobio de su pueblo, lejos de toda la tierra, porque Yahvé ha hablado.


En cuanto los había traspasado, hallé al amado de mi alma, Le así para no soltarlo hasta introducirlo en la casa de mi madre, en la alcoba de la que me engendró.


Alégrese Israel en su Hacedor, exulten por su rey los hijos de Sión.


y con El nos resucitó y nos sentó en los cielos en Cristo Jesús,


¡Exulta, hija de Sión! ¡Da voces jubilosas, Israel! ¡Regocíjate con todo el corazón, hija de Jerusalén!


Me apresuro y no me retraso en guardar tus mandamientos.


Correré por el camino de tus mandamientos, pues tú ensancharás mi corazón.


Zain Hizo memorables sus maravillas; Jet Yahvé es clemente y compasivo.'


Así te bendeciré toda mi vida, y en tu nombre alzaré mis manos.


Como lo habíamos oído, así lo hemos visto en la ciudad de Yahvé de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios. Dios la hará subsistir por siempre. Selah.


Mis lágrimas son día y noche mi pan cuando me dicen cada día: “¿Dónde está tu Dios?”


a quien amáis sin haberlo visto, en quien ahora creéis sin verle, y os regocijáis con un gozo inefable y glorioso,


Alegraos siempre en el Señor; de nuevo os digo, alegraos.'


Porque la circuncisión somos nosotros, los que servimos en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en la carne.


La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo en incorrupción.


¡Qué encantadores son tus amores, hermana mía, esposa! ¡Qué deliciosos son tus amores, más que el vino! Y el aroma de tus perfumes es mejor que el de todos los bálsamos.


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