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Apocalipsis 12:2 - Biblia Nacar-Colunga

2 y, estando encinta, gritaba con los dolores de parto y las ansias de parir.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

2 Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Estaba embarazada y gritaba a causa de los dolores de parto y de la agonía de dar a luz.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Está embarazada y grita de dolor, porque le ha llegado la hora de dar a luz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 y estando encinta,° grita con dolores de parto angustiada° por dar a luz.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Está encinta y grita por los dolores del parto y por las angustias del alumbramiento.

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Apocalipsis 12:2
12 Перекрёстные ссылки  

Con su cola arrastró la tercera parte de los astros del cielo, y los arrojó a la tierra. Se paró el Dragón delante de la Mujer, que estaba a punto de parir, para tragarse a su Hijo en cuanto le pariese.


Hijos míos, por quienes sufro de nuevo dolores de parto hasta ver a Cristo formado en vosotros!


La mujer, cuando pare, siente tristeza, porque llega su hora; pero, cuando ha dado a luz un hijo, ya no se acuerda de la tribulación, por el gozo que tiene de haber venido al mundo un hombre.'


pues está escrito: “Alégrate, estéril que no pares; prorrumpe en gritos, tú que no conoces los dolores del parto, que más serán los hijos de la abandonada que los hijos de la que tiene marido.”


(2) Por eso los entregará hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá,y el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel.


Por la fatiga de su alma verá y se saciará de su conocimiento. El Justo, mi Siervo, justificará a muchos y cargará con las iniquidades de ellos.


Regocíjate, estéril, que no has parido; entona un grito de alegría y exulta, tú que no has estado de parto. Porque los hijos de la abandonada son más numerosos que los hijos de la casada, dice Yahvé.'


Como la mujer encinta, cuando llega el parto, se retuerce y grita en sus dolores, así estábamos nosotros ante ti, Yahvé.


Voces, alborotos de la ciudad, voces que salen del templo. Es la voz de Yahvé, que da a sus enemigos el pago merecido.


¿Por qué, pues, tantos clamores? ¿No hay rey en ti o te falta tu consejero, que te dueles como mujer en parto?


pero todo esto es el comienzo de los dolores.


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