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Amós 9:1 - Biblia Nacar-Colunga

1 Vi al Señor junto al altar, y dijo: Rompe los capiteles, que se estremezcan los umbrales, y abátelos sobre las cabezas de todos ellos, y a los que queden los mataré a espada. Nadie se salvará huyendo, nadie podrá escapar.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Derriba el capitel, y estremézcanse las puertas, y hazlos pedazos sobre la cabeza de todos; y al postrero de ellos mataré a espada; no habrá de ellos quien huya, ni quien escape.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Entonces vi una visión del Señor, quien estaba de pie junto al altar, y dijo: «Golpea la parte superior de las columnas del templo para que los cimientos se sacudan. Derriba el techo sobre las cabezas de la gente. Mataré a espada a los que sobrevivan. ¡Nadie escapará!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Vi al Señor, de pie junto al altar, que decía: 'Rompe las columnas para que se hunda el techo y les parta a todos la cabeza; y si alguno llega a salvarse, lo mataré a espada; pues ninguno de ellos podrá huir, no escapará nadie con vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Vi a Adonay de pie junto al altar, y dijo: Golpea los capiteles para que se estremezcan los pilares; Hazlos pedazos sobre la cabeza de todos, Y Yo haré que mueran los que queden de ellos, Para que nadie logre escapar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Vi a Yahveh, de pie junto al altar, que decía: '¡Rompe el capitel y que se desplomen los dinteles! Les cortaré a todos ellos la cabeza y a los que queden los mataré a espada; ninguno de ellos podrá huir, ni un solo evadido se podrá salvar.

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Amós 9:1
28 Перекрёстные ссылки  

Dios es Dios nuestro para salvar, y a Yahvé, nuestro Señor, pertenecen las salidas de la muerte,


Así que le vi, caí a sus pies como muerto; pero él puso su diestra sobre mí, diciendo:'


A Dios nadie le vio jamás; Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, ése nos le ha dado a conocer.'


Sales a campaña para salvar a tu pueblo, para libertar a tu ungido. Abates la cúspide de la casa del impío, desnudando sus cimientos hasta la roca. (Selah.)


Porque el día que haga yo justicia sobre Israel por sus crímenes, haré justicia de los altares de Bet-El y serán derribados los cuernos del altar y caerán a tierra.


El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre su trono alto y sublime, y sus haldas henchían el templo.


Y Juan dio testimonio, diciendo: Yo he visto el Espíritu descender del cielo como paloma y posarse sobre El.


En medio de él dormirán los rebaños y todos los de los pantanos; el pelícano y el erizo pernoctarán en sus capiteles. En los huecos canta el buho, en los atrios el cuervo; los artesonados de cedro han sido arrancados.'


La gloria de Yahvé se alzó sobre el querubín al umbral de la casa, y ésta se llenó de la nube, y el atrio se llenó del esplendor de la gloria de Yahvé,


Y llegaron seis hombres por el camino de la puerta superior del lado del septentrión, cada uno con su instrumento destructor en la mano. Había en medio de ellos un hombre vestido de lino, que traía a la cintura un tintero de escriba, y, entrados, fueron a ponerse junto al altar de bronce.


El esplendor que le rodeaba todo en torno era como el arco iris que aparece en las nubes en día de lluvia. Esta era la apariencia de la imagen de la gloria de Yahvé. A tal vista caí rostro a tierra, pero oí la voz de uno que hablaba.


El que escape al terror, caerá en la hoya; el que se libre de la hoya, será cogido en la red. Yo haré venir todo esto contra Moab el año de su castigo, oráculo de Yahvé.'


pero no habéis querido, y habéis dicho: No, huiremos en caballos (por eso huiréis), y sobre ligeros (corceles) cabalgaremos. Por eso correrán veloces vuestros perseguidores.


Y dijo entonces él: “Oíd, pues, la palabra de Yahvé: Yo he visto a Yahvé sentado en su trono, y a su derecha y a su izquierda estaba todo el ejército de los cielos;'


y al mediodía, ¡oh rey!, vi en el camino una luz del cielo, más brillante que el sol, que me envolvía a mí y a los que me acompañaban.


Llegó otro ángel, y púsose en pie junto al altar, con un incensario de oro, y fuéronle dados muchos perfumes para unirlos a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro, que está delante del trono.


pues Dios rompe la cabeza a sus enemigos y el cráneo cabelludo al que persiste en su maldad.


Por eso dice Yahvé: He aquí que traeré sobre ellos males de que no podrán librarse, y clamarán a mí, y no les oiré;'


la espada que teméis os alcanzará sobre la tierra de Egipto; el hambre que receláis os sobrevendrá en Egipto y os hará morir allí.'


Volveré contra ellos mi rostro, escaparon del fuego, y el fuego los devorará, y sabéis que yo soy Yahvé cuando volviere contra ellos mi rostro.


Por eso así dice Yahvé: Tu mujer será deshonrada en la ciudad, tus hijos caerán a la espada, tu tierra será repartida a cordel, tú morirás en una tierra contaminada, e Israel irá al cautiverio lejos de su tierra.


Y sucederá en aquel tiempo que escudriñaré a Jerusalén con linternas y visitaré a los que se sientan sobre sus heces, diciéndose en su corazón: “No hace Yahvé ni bien ni mal.”


Josué dijo: “Rodad grandes piedras a la boca de la caverna y poned a unos cuantos hombres que la guarden;'


Los altos de Isaac serán devastados, y destruidos los santuarios de Israel. Me alzaré con la espada contra la casa de Jeroboam.


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