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2 Crónicas 16:10 - Biblia Nacar-Colunga

10 Irritóse Asa contra el vidente y le puso en prisión, porque se encolerizó mucho contra él, y al mismo tiempo oprimió también Asa a algunos del pueblo,

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Biblia Reina Valera 1960

10 Entonces se enojó Asa contra el vidente y lo echó en la cárcel, porque se encolerizó grandemente a causa de esto. Y oprimió Asa en aquel tiempo a algunos del pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Asa se enojó tanto con Hananí por haberle dicho esto, que lo echó en la cárcel y lo puso en el cepo. En ese tiempo, Asa también comenzó a oprimir a algunos de su pueblo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Asá se enojó contra el vidente y lo encadenó en la cárcel, pues estaba enojado con él por lo que había dicho. En este tiempo Asá maltrató también a gente del pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Pero Asa se irritó contra el vidente y lo metió en la cárcel° pues se había encolerizado en gran manera contra él por esto. Y por ese tiempo, Asa oprimió a algunos del pueblo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Asá se irritó contra el vidente y lo puso en prisión, pues sus palabras le habían indignado Por aquel tiempo, Asá oprimió también a algunos del pueblo.

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2 Crónicas 16:10
24 Перекрёстные ссылки  

y decid: Esto dice el rey: Meted a éste en la carcel y mantenedle con pan de aflicción y agua de angustia hasta que yo vuelva en paz.”


añadió ésta a todas las otras, encarcelando a Juan.


Lamed. — Aplastar con los pies a los cautivos todos de la tierra.


El rey de Babilonia, Nabucodonosor, me devoró, me consumió, me dejó como vasija vacía, me tragó como dragón, y llenó su vientre de mis bocados más suculentos.


Yahvé te ha hecho sacerdote en lugar del sacerdote Yoyadah, para que, como prefecto, vigiles en el templo de Yahvé a todo demente que quiera hacer el profeta y lo hagas encadenar y poner en el cepo.


e hizo azotar a Jeremías, profeta, y ponerle en el cepo que hay en la puerta superior de Benjamín, junto a la casa de Yahvé.


Y lo pondré en la mano de los opresores, que te decían: Encórvate para que pasemos por encima, poniendo como suelo tu dorso, como camino para los que pasan.


Que me castigue el justo es un favor; que me reprenda es óleo sobre mi cabeza, que mi cabeza no rechaza Incesantemente oraré por sus calamidades.'


pues oprimió y desamparó a los pobres, robando casas que no construyó;'


Enfurecióse Ozías, que tenía un incensario en la mano; y en esta su ira contra los sacerdotes, brotó la lepra en su frente en presencia de los sacerdotes, en la casa de Yahvé, cerca del altar de los perfumes.'


Cuando esto le dijo el profeta, respondió él: “¿Y quién te ha hecho a ti consejero del rey? Quítate de ahí. ¿Es que quieres que te haga azotar?” El profeta se retiró, diciendo: “Yo sé que Dios ha decretado destruirte por haber hecho eso y no haber escuchado mi advertencia.”


A los habitantes los sacó de la ciudad y los puso a las sierras, a los trillos herrados, a las hachas, a los molinos y a los hornos de ladrillos. Eso mismo hizo con todas las ciudades de los hijos de Amón. Después se tornó David a Jerusalén con todo el pueblo.


David dijo a Natán: “He pecado contra Yahvé.” Y Natán dijo a David: “Yahvé te ha perdonado tu pecado. No morirás;'


David envió gentes en busca suya; vino ella a su casa y él durmió con ella. Purificada de su inmundicia, volvióse a su casa.'


y diles: “Así dice el rey de Israel: Poned preso a este hombre y mantenedlo con pan escaso y agua tasada hasta que yo vuelva en paz.”


Pues tiende Yahvé sus ojos por toda la tierra para sostener a los que tienen para con El corazón perfecto. Has obrado en esto insensatamente, y desde ahora tendrás guerra.”


Los hechos de Asa, los primeros y los postreros, están escritos en los libros de los reyes de Judá y de Israel.


Al oír el rey Joaquim, sus guardias y sus ministros lo que decía, quiso el rey matarle, y, oyéndolo Urías, temió y huyó a Egipto;'


que, airados contra Jeremías, le hicieron azotar y encerrar en la cárcel que había en la casa de Jonatán, escriba, de la cual habían hecho prisión.


Al oír el rey Jeroboam las palabras del varón de Dios, lo que había gritado contra el altar de Betel, extendió su brazo desde el altar, diciendo: “Prendedle”; pero la mano que contra él extendió se quedó rígida y no pudo volverla a sí.'


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