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2 Corintios 5:20 - Biblia Nacar-Colunga

20 Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios os exhortase por medio de nosotros. Por Cristo os rogamos: Reconciliaos con Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Nos presentamos, pues, como embajadores de Cristo, como si Dios mismo les exhortara por nuestra boca. En nombre de Cristo les rogamos: ¡déjense reconciliar con Dios!

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Así que, somos embajadores en nombre del Mesías, como si Dios rogara por medio de nosotros: °¡Rogamos en nombre del Mesías, reconciliaos con Dios!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Hacemos, pues, de embajadores en nombre de Cristo y es Dios el que por medio de nosotros os exhorta: 'En nombre de Cristo os lo pedimos: dejaos reconciliar con Dios'.

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2 Corintios 5:20
28 Перекрёстные ссылки  

Y dijo el amo al siervo: Sal a los caminos y a los cercados y obliga a entrar para que se llene mi casa,


del que soy embajador encadenado para anunciarlo valientemente y hablar de él como conviene hablar.


pues los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría y de su boca ha de salir la doctrina, porque es un enviado de Yahvé de los ejércitos.


Sabedores, pues, del temor del Señor, hacernos por sincerarnos ante los hombres, que a Dios bien de manifiesto le estamos; espero que también a vuestra conciencia,'


Díjoles otra vez: La paz sea con vosotros. Como me envió mi Padre, así os envío Yo.


El nos capacitó como ministros de la nueva alianza, no de la letra, sino del espíritu, que la letra mata, pero el espíritu da vida.


El que a vosotros oye, a mí me oye, y el que a vosotros desecha, a mí me desecha, y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.


Por tanto, quien estos preceptos desprecia no desprecia al hombre, sino a Dios, que os dio su Espíritu Santo.


Cooperando, pues, con El, os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios,


Contestóle Jeremías: No te entregarán. Oye lo que te digo de parte de Yahvé, y te saldrá bien y vivirás.


Reconcilíate, pues, con El y haz la paz, y de ello te vendrá bien.


a no ser que se pongan bajo mi protección y hagan la paz conmigo, hagan conmigo la paz.


Pero si para él hay un ángel, un intérprete de entre mil, que haga ver al hombre su deber,


También yo soy lo que tú ante Dios; también yo fui formado del barro.'


Yahvé, Dios de sus padres, les mandó sus mensajeros constantemente para amonestarlos, pues quería perdonar a su pueblo y a su casa.


Yo os mandé repetidamente a mis siervos los profetas, diciéndos: No hagáis esas abominaciones que detesto.


Un mal consejero precipita en la desgracia; el mensajero fiel es remedio saludable.'


Los amonestaste para que se volviesen a tu Ley; pero ellos, en su soberbia, no escucharon tus mandamientos y pecaron contra tus juicios — los juicios que, si los sigue el hombre, vivirá —, y tuvieron hombros rebeldes, y endurecieron su cerviz y no obedecieron.'


Yahvé advertía a Israel y a Judá por todos sus profetas, por todos sus videntes, y les decía: “Convertios de vuestros perversos caminos y guardad mis leyes y mis mandamientos, siguiendo fielmente la Ley que yo prescribí a vuestros padres y os he inculcado por medio de mis siervos los profetas.”


porque, si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, reconciliados ya, seremos salvos en su vida.


Por lo cual me complazco en las enfermedades, en los oprobios, en las necesidades, en las persecuciones, en las angustias por Cristo; pues cuando parezco débil, entonces es cuando soy fuerte.'


y por El reconciliar consigo, pacificando por la sangre de su cruz todas las cosas, así las de la tierra como las del cielo.


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