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1 Samuel 16:5 - Biblia Nacar-Colunga

5 E1 contestó: “Sí, he venido para ofrecer un sacrificio a Yahvé. Santifícaos y venid conmigo al sacrificio.” Santificó a Isaí y a sus hijos y los invitó al sacrificio.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

5 Él respondió: Sí, vengo a ofrecer sacrificio a Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y santificando él a Isaí y a sus hijos, los llamó al sacrificio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 —Sí —contestó Samuel—, vine para ofrecer un sacrificio al Señor. Purifíquense y vengan conmigo al sacrificio. Luego Samuel realizó el rito de purificación para Isaí y sus hijos y también los invitó al sacrificio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Sí, respondió, en son de paz. He venido a ofrecer un sacrificio a Yavé. Purifíquense y vengan conmigo al sacrificio'. Fue a purificar a Jesé y a invitarlo al sacrificio junto con sus hijos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y él dijo: ¡Paz! He venido para ofrecer sacrificio a YHVH. Purificaos vosotros y venid conmigo al sacrificio. Después purificó a Isaí con sus hijos y los invitó al sacrificio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Él respondió: '¡De paz! He venido a ofrecer un sacrificio a Yahveh. Purificaos y venid conmigo al sacrificio'. Purificó a Jesé y a sus hijos y los invitó al sacrificio.

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1 Samuel 16:5
16 Перекрёстные ссылки  

Y Josué dijo al pueblo: “Santifícaos, porque mañana Yahvé hará prodigios en medio de vosotros.”


Yahvé le dijo: “Ve al pueblo y santifícalos hoy y mañana. Que laven sus vestidos,


Examínese, pues el hombre a sí mismo y entonces coma del pan y beba del cáliz;'


Levántate, santifica al pueblo, y diles: “Santifícaos para mañana, porque así dice Yahvé, Dios de Israel: Hay en medio de ti, ¡oh Israel! un anatema, y no podrás resistir ante el enemigo mientras no hayas quitado el anatema de en medio de vosotros.


Reunid al pueblo, promulgad santa congregación, convocad a los ancianos, reunid a los niños, aun a los niños de pecho. Que deje el esposo su cámara, y su tálamo la esposa.


“No sea que hayan pecado mis hijos y hayan maldecido a Dios en su corazón.” Así hacía Job siempre.


Esparcíase el pueblo para recogerlo, y lo molían en molinos o lo majaban en morteros, y, cociéndolo en una caldera, hacían de él tortas, que tenían un sabor como de pasta amasada con aceite.


Jacob dijo a su familia y a cuantos estaban con él: “Arrojad todos los dioses extraños que haya entre vosotros; purificaos y mudaos de ropas,'


Saúl nada dijo aquel día, pensando que algo le habría pasado y que se habría contaminado. “Seguramente es eso, que no estará puro,” se dijo.


¡Silencio en la presencia del Señor, Yahvé! Porque se acerca el día de Yahvé. Porque ha preparado Yahvé un sacrificio y ha santificado a sus invitados,


Adonías, hijo de Jaguit, fue en busca de Betsabé, madre de Salomón. Ella le dijo: “¿Vienes de paz?” Y él respondió: “De paz.”


Entonces se revistió del espíritu Amasaí, que era el jefe, y dijo: “A ti y a tu pueblo, hijo de Isaí, paz. Paz, paz a ti y paz a cuantos te ayudan, pues te ayuda a ti tu Dios.” David los recibió y los hizo jefes de las tropas.


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