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1 Reyes 17:18 - Biblia Nacar-Colunga

18 La mujer dijo entonces a Elías: “¿Qué hay entre ti y mí, hombre de Dios? ¿Has venido por ventura a mi casa para traer a la memoria mis pecados y hacer morir a mi hijo?”

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí para traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Entonces ella le dijo a Elías: —¡Ay, hombre de Dios! ¿Qué me ha hecho usted? ¿Ha venido aquí para señalarme mis pecados y matar a mi hijo?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Entonces ella dijo a Elías: '¿Por qué te has metido en mi vida, hombre de Dios? ¿Has venido a mi casa para poner delante de Dios todas mis faltas y para hacer morir a mi hijo?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo que ver contigo, varón de Dios? ¿Has venido aquí a recordarme mis pecados y hacer morir a mi hijo?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Ella dijo entonces a Elías: '¿Qué tengo yo que ver contigo, hombre de Dios? ¿Has venido a mi para recordar mis culpas y hacer morir a mi hijo?'.

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1 Reyes 17:18
29 Перекрёстные ссылки  

Viendo esto Simón Pedro, se postró a los pies de Jesús, diciendo: Señor, apártate de mí, que soy hombre pecador.


¡Ah! ¿Qué hay entre ti y nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a perdernos? Bien sé que eres el Santo de Dios.


Elíseo dijo al rey de Israel: “¿Qué tengo yo que ver contigo? Ve a los profetas de tu padre.” El rey de Israel le dijo: “No, es que ha reunido Yahvé tres reyes para entregarlos en manos de Moab.”


Díjole Jesús: Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí? No es aún llegada mi hora.


pero el rey le respondió: “¿Qué tenéis que ver conmigo, hijos de Sarvia? Dejadle que maldiga, que si Yahvé le ha dicho: Maldice a David, ¿quién va a decirle: Por qué lo haces?”


Cuando vio a Jesús, gritando se postró ante El, y en alta voz dijo: ¿Qué hay entre mí y ti, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te pido que no me atormentes.


Pero Herodes, oyendo esto, decía: Es Juan, a quien yo degollé, que ha resucitado.


y, gritando en alta voz, dice: ¿Qué hay entre ti y mí, Jesús, Hijo del Dios altísimo? Por Dios te conjuro que no me atormentes.


dictando contra mí sentencias de amargura e imputándome las faltas de mi mocedad?


¿Cuántos son mis delitos y pecados? Dame a conocer mi transgresión y mi ofensa.


y Necao le mandó emisarios que le dijeran: “¿Qué hay entre ti y mí, rey de Judá? No es contra ti contra quien voy yo ahora; es contra una casa con la que estoy en guerra, y Dios me ha dicho que me apresure. No te opongas, pues, a Dios, que está conmigo, no te destruya.”


Y Abdías le contestó: “¿Qué pecado he cometido yo para que tú me entregues en manos de Ajab, que seguramente me hará morir?


Llegó de Judá a Betel un hombre de Dios, por mandato de Yahvé, mientras estaba Jeroboam en el altar para sacrificar;'


Abisaí, hijo de Sarvia, tomó la palabra y dijo: “Pero ¿no va a morir Semeí por haber maldecido al ungido de Yahvé?”


Hizo Samuel lo que le mandaba Yahvé, y llegó a Belén. Los ancianos acudieron inquietos a él y dijeron: “¿Tu llegada es para bien?”


Perdona el crimen de tus hermanos y su pecado, pues ciertamente te hicieron mucho mal; pero, por favor, te ruego, perdona el crimen de los servidores del Dios de tu padre.” José lloró al oírlos.'


Cuando los hermanos de José vieron que había muerto su padre, se dijeron: “¿Si nos guardará rencor José y nos devolverá todo el mal que le hemos hecho?”


Y le gritaron, diciendo: ¿Qué hay entre ti y nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a destiempo para atormentarnos?


la llevará al sacerdote, y ofrecerá por ella una oblación de la décima parte de un “efá” de harina de cebada, sin derramar aceite sobre ella ni poner incienso encima, porque es ofrenda de celos, ofrenda de memoria para traer el pecado a la memoria.


pero Semeyas, varón de Dios, recibió palabras de Yahvé, diciendo:


Después de esto enfermó el hijo de la mujer dueña de la casa; y su enfermedad era tan violenta, que no podía resollar.'


El le respondió: “Dame acá tu hijo.” El le tomó del regazo de su madre, le subió a la habitación donde él dormía y le puso en su cama,


Un hombre de Dios se acercó al rey de Israel y le dijo: “Así habla Yahvé. Porque los sirios han dicho: Yahvé es un Dios de monte y no de llano, entregaré en tus manos toda esta muchedumbre, y así sabréis que yo soy Yahvé.”


Judá respondió: “¿Qué vamos a decir, mi señor? ¿Cómo hablar, cómo justificarnos? Dios ha hallado la iniquidad de tus siervos, y somos esclavos tuyos, tanto nosotros cuanto aquel en cuyo poder se ha hallado la copa.”


Fue la mujer y dijo a su marido: “Ha venido a mí un hombre de Dios. Tenía el aspecto de un ángel de Dios muy temible. Yo no le pregunté de dónde venía ni me dio a conocer su nombre,


Mandó a él un quincuagenario con sus cincuenta hombres. Subió el jefe a Elías, que estaba sentado en la cumbre de la montaña, y le dijo: “Hombre de Dios, el rey dice: Baja.”


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