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1 Pedro 2:4 - Biblia Nacar-Colunga

4 A El habéis de allegaros, como a piedra viva rechazada por los hombres, pero por Dios escogida, preciosa,

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Ahora ustedes se acercan a Cristo, quien es la piedra viva principal del templo de Dios. La gente lo rechazó, pero Dios lo eligió para darle gran honra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Se han acercado al que es la piedra viva rechazada por los hombres, y que sin embargo es preciosa para Dios que la escogió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Acercándoos a Él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida, preciosa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Acudid a él, piedra viva, desechada por los hombres, pero ante Dios escogida y preciosa.

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1 Pedro 2:4
31 Перекрёстные ссылки  

Para vosotros, pues, los creyentes, es honor, mas para los incrédulos esa piedra desechada por los constructores y convertida en cabeza de esquina,


Por eso dice el Señor Yahvé: He aquí que he puesto en Sión por fundamento una piedra, piedra probada, piedra angular, de precio, sólidamente asentada; el que en ella se apoye no titubeará.'


Cuando se manifieste Cristo, vuestra vida, entonces también os manifestaréis gloriosos con El.


Pues he ahí la piedra que yo he puesto ante Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos, y labraré yo mismo su escultura, dice Yahvé de los ejércitos, y aquel mismo día quitaré de la tierra la iniquidad.'


Tú estuviste mirando, hasta que una piedra desprendida, no lanzada por mano, hirió a la estatua en los pies de hierro y de barro, destrozándola.


He aquí a mi Siervo, a quien sostengo yo; mi elegido, en quien se complace mi alma. He puesto mi espíritu sobre él; él dará el derecho a las naciones.'


y nos hizo merced de preciosas y ricas promesas para hacernos así partícipes de la divina naturaleza, huyendo de la corrupción que por la concupiscencia existe en el mundo;'


Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han alcanzado la misma preciosa fe por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo:


sino con la sangre preciosa de Cristo, como cordero sin defecto ni mancha,


para que vuestra fe probada, más preciosa que el oro, que se corrompe aunque acrisolado por el fuego, aparezca digna de alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo,


porque, si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, reconciliados ya, seremos salvos en su vida.


Todavía un poco y el mundo ya no me verá; pero vosotros me veréis, porque Yo vivo y vosotros viviréis.'


Así como me envió mi Padre vivo, y vivo yo por mi Padre, así también el que me come vivirá por mí.


todo lo que el Padre me da viene a mí, y al que viene a mí, yo no le echaré fuera,


y no queréis venir a mí para tener la vida.


Pues así como el Padre tiene la vida en sí mismo, así dio también al Hijo tener vida en sí mismo,


Jesús les respondió: ¿No habéis leído alguna vez en las Escrituras: “La piedra que los edificadores habían rechazado, ésa fue hecha cabeza de esquina; del Señor viene esto, y es admirable a nuestros ojos”?'


“He aquí a mi siervo, a quien elegí; mi amado, en quien mi alma se complace. Haré descansar mi espíritu sobre él y anunciará el derecho a las gentes.'


Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré.


¿Qué eres tú, montaña grande? Allánate ante Zorobabel. El pondrá la piedra de remate en medio de aclamaciones: ¡Qué hermosa es, qué hermosa es!


Eso es lo que significa la piedra que viste desprenderse del monte sin ayuda de mano, que desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El Dios grande ha dado a conocer al rey lo que ha de suceder después. El sueño es verdadero, y cierta su interpretación.


Dadme oídos y venid a mí, escuchadme y vivirá vuestra alma, y haré con vosotros un pacto sempiterno, el de las firmes misericordias de David.


Convertios, hijos rebeldes, y sanaré vuestras rebeldías. Henos aquí, venimos a ti, pues tú eres Yahvé, nuestro Dios.


que cuanto al fundamento, nadie puede poner otro sino el que está puesto, que es Jesucristo.


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