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1 Juan 5:7 - Biblia Nacar-Colunga

7 Porque tres son los que testifican, el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres se reducen a uno solo.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Por lo tanto, son tres los testigos

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Tres son, pues, los que dan testimonio:

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Porque tres son los que dan testimonio:°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Pues tres son los que testifican:

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1 Juan 5:7
31 Перекрёстные ссылки  

id, pues, enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,


Nosotros somos testigos de esto, y lo es también el Espíritu Santo que Dios otorgó a los que le obedecen.”


Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios.


Exaltado a la diestra de Dios y recibida del Padre la promesa del Espíritu Santo, lo derramó, según vosotros veis y oís.


El es el que vino por el agua y por la sangre, Jesucristo; no en agua sólo, sino en el agua y en la sangre. Y es el Espíritu el que lo certifica, porque el Espíritu es la verdad.'


Respondió Jesus: Si Yo me glorifico a mí mismo, mi gloria no es nada; es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís que es vuestro Dios.'


Aún estaba él hablando, cuando los cubrió una nube resplandeciente, y salió de la nube una voz que decía: Este es mi Hijo el Amado, en quien me complací; escuchadle.'


El espíritu del Señor, Yahvé, está sobre mí, pues Yahvé me ha ungido, me ha enviado para predicar la buena nueva a los abatidos y sanar a los de quebrantado corazón, para anunciar la libertad de los cautivos y la liberación a los encarcelados.


Yo y el Padre somos una sola cosa.


Por la palabra de Yahvé fueron hechos los cielos, y todo su ejército por el aliento de su boca.


Oye, Israel: Yahvé, nuestro Dios, es él solo Yahvé.


Pues así como el Padre tiene la vida en sí mismo, así dio también al Hijo tener vida en sí mismo,


y viste un manto empapado en sangre, y tiene por nombre Verbo de Dios.


Padre, glorifica tu nombre. Llegó entonces una voz del cielo: “Le glorifiqué y de nuevo le glorificaré.”


Yo soy el que da testimonio de mi mismo, y el Padre, que me ha enviado, da testimonio de mí.


Si no te escucha, toma contigo a uno o dos, para que por la palabra de dos o tres testigos sea fallado todo el negocio.


Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos tocando al Verbo de vida, —


el Espíritu de verdad, que el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce; vosotros le conocéis, porque permanece con vosotros y está en vosotros.'


Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de parte del Padre, él dará testimonio de mí,


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