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1 Corintios 3:17 - Biblia Nacar-Colunga

17 Porque el templo de Dios es santo, y ese templo sois vosotros.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Dios destruirá a cualquiera que destruya este templo. Pues el templo de Dios es santo, y ustedes son este templo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. El templo de Dios es sagrado, y ese templo son ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Si alguno destruye el santuario de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el santuario de Dios es santo, el cual sois vosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Al que destruya el templo de Dios, a ese Dios lo destruirá. Pues el templo de Dios es santo; y ese templo sois vosotros.

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1 Corintios 3:17
19 Перекрёстные ссылки  

Esta es la ley de la casa: sobre la cumbre del monte, todo en derredor, su término será santísimo. Esta es la ley del templo.


Apartaré de ellos mi rostro, y será profanado mi tesoro; entrarán en él los invasores y lo profanarán.'


Por mi vida, dice el Señor, Yahvé, ya que tú has profanado mi santuario con todas tus fornicaciones, yo también te abatiré a ti, sin que perdone mi ojo, sin misericordia.


El inmundo que no se purifique será borrado de la congregación, por haber contaminado el santuario de Yahvé; no habiendo sido rociado con el agua lustral, es inmundo.'


Salmo de Asaf. ¡Oh Dios! han entrado las gentes en tu heredad, han profanado tu santo recinto y han reducido a Jerusalén a un montón de escombros.


Yo me volveré contra ese hombre y le exterminaré de en medio de su pueblo por haber entregado a Moloc a uno de sus hijos, manchando mi santuario y profanando mi santo nombre.


(10) Nuestro santo y magnífico templo, donde te alababan nuestros padres, ha sido presa del fuego. Todas nuestras cosas queridas están en ruinas.


Enseñad a los hijos de Israel a purificarse de sus inmundicias, no sea que por ellas mueran, por manchar el tabernáculo que está en medio de ellos.


Dios le dijo: “No te acerques. Quita las sandalias de tus pies, que el lugar en que estás tierra santa es”;'


y, atemorizado, añadió: “¡Qué terrible es este lugar! No es sino la casa de Dios y la puerta de los cielos.”


Ensalzad a Yahvé, nuestro Dios, y postraos ante su monte santo, porque Santo es Yahvé, nuestro Dios.


Tus testimonios son verídicos en grado sumo; conviene a tu casa la santidad, ¡oh Yahvé! por el transcurso de los días.'


Además, en mi devoción para la casa de Yahvé, guardo en mi tesoro particular oro y plata, además del preparado para la casa del santuario, que doy para la casa de mi Dios.


Sus profetas son fanfarrones y pérfidos, sus sacerdotes profanan las cosas santas y violan la Ley.


Dirige tus pisadas hacia estas ruinas sin fin. El enemigo lo ha saqueado todo en el santuario.


¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios le destruirá a él.


Nadie se engañe; si alguno entre vosotros cree que es sabio según este siglo, hágase necio, para llegar a ser sabio.'


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