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1 Corintios 11:32 - Biblia Nacar-Colunga

32 Mas con sus castigos nos corrige el Señor para no ser condenados con el mundo.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

32 mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

32 Sin embargo, cuando el Señor nos juzga, nos está disciplinando para que no seamos condenados junto con el mundo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

32 Pero si el Señor nos juzga, nos corrige, para que no seamos condenados con este mundo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 pero siendo juzgados, somos disciplinados° por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 Cuando el Señor nos castiga, nos corrige, para que no seamos condenados con el mundo.

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1 Corintios 11:32
22 Перекрёстные ссылки  

Yo reprendo y corrijo a cuantos amo: ten, pues, celo y arrepiéntete.


Castigóme rigurosamente Yahvé, pero no me entregó a la muerte.


para que reconocieras en tu corazón que Yahvé, tu Dios, te instruye como instruye un hombre a su hijo;'


Por esto hay entre vosotros muchos flacos y débiles, y muchos dormidos.


Diles, pues: Es una nación que no oye la voz de Yahvé, su Dios; que no acepta corrección; ha perecido la fidelidad y ha desaparecido de su boca.'


Sabemos que somos de Dios, mientras que el mundo todo está bajo el maligno,


Ahora bien, sabemos que cuanto dice la Ley, lo dice a los que viven bajo la Ley, para tapar toda boca y que todo el mundo se confiese reo ante Dios.


No quiso escuchar, no se dejó enseñar, no quiso acercarse a su Dios.


¿A qué castigaros todavía, si aún os vais a rebelar? Toda la cabeza está enferma; el corazón todo, lánguido.'


Yo le seré a él padre y él me será a mí hijo. Si obrare el mal, yo le castigaré con varas de hombres y con azotes de hijos de hombres;'


Y no fue del don lo que fue de la obra de un solo pecador, pues por el pecado de uno solo vino el juicio para condenación, mas el don, después de muchas transgresiones, acabó en la justificación.


¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el letrado? ¿Dónde el disputador de las cosas de este mundo? ¿No ha hecho Dios necedad la sabiduría de este mundo?


Pues por no haber conocido el mundo a Dios en la sabiduría de Dios por la humana sabiduría, plugo a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.


Si nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos condenados.


En resumen, hermanos míos, que cuando os juntéis para comer, os esperéis unos a otros.


entre ellos, Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar.


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