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1 Corintios 1:7 - Biblia Nacar-Colunga

7 de modo que no escaseéis en don alguno, mientras llega para vosotros la manifestación de nuestro Señor Jesucristo,

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Biblia Reina Valera 1960

7 de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Ahora tienen todos los dones espirituales que necesitan mientras esperan con anhelo el regreso de nuestro Señor Jesucristo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 No les falta ningún don espiritual y sólo esperan la venida gloriosa de Cristo Jesús, nuestro Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 de tal manera que nada os falta en ningún don, aguardando la manifestación de nuestro Señor Jesús, el Mesías;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Así, pues, no carecéis de ningún don vosotros, los que esperáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo;

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1 Corintios 1:7
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Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde esperamos al Salvador y Señor Jesucristo,


en la expectación de la llegada del día de Dios, cuando los cielos, abrasados, se disolverán, y los elementos, abrasados, se derretirán?


así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para tomar sobre sí los pecados de todos, por segunda vez aparecerá, sin pecado, a los que le esperan para recibir la salud.


conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para la vida eterna,


Carísimos, ahora somos hijos de Dios, aunque aún no se ha manifestado lo que hemos de ser. Sabemos que cuando aparezca seremos semejantes a El, porque le veremos tal cual es.


antes habéis de alegraros en la medida en que participáis en los padecimientos de Cristo, para que en la revelación de su gloria exultéis de gozo.


aguardando la bienaventurada esperanza y la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Cristo Jesús,


porque la expectación anhelante de lo creado ansia la manifestación de los hijos de Dios,


Así será el día en que el Hijo del hombre se revele.


Así, al aparecer el Pastor soberano, recibiréis la corona inmarcesible de la gloria.


Por lo cual, ceñidos los lomos de vuestra mente y apercibidos, tened vuestra esperanza completamente puesta en la gracia que os ha traído la revelación de Jesucristo.


Ya me está preparada la corona de la justicia, que me otorgará aquel día el Señor, justo Juez, y no sólo a mí, sino a todos los que aman su venida.


y a vosotros, atribulados, con descanso, en compañía nuestra, en la manifestación del Señor Jesús desde el cielo con sus milicias angélicas,


y esperar del cielo a Jesús, su Hijo, a quien resucitó de entre los muertos, quien nos librará de la ira venidera.


Cuando se manifieste Cristo, vuestra vida, entonces también os manifestaréis gloriosos con El.


Tampoco, pues, juzguéis vosotros antes de tiempo, mientras no venga el Señor, que iluminará los escondrijos de las tinieblas y hará manifiestos los propósitos de los corazones, y entonces cada uno tendrá la alabanza de Dios.


y sed como hombres que esperan a su amo de vuelta de las bodas, para que, al llegar él y llamar, al instante le abran.


Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que, tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo.


¿Pues en qué habéis sido inferiores a las otras iglesias, sino en que no os fui gravoso ? Perdonadme este agravio.


Ni es sólo eso, sino que también nosotros, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos dentro de nosotros mismos, suspirando por la adopción, por la redención de nuestro cuerpo.


Mientras que nosotros con seguridad esperamos de la fe, por el Espíritu, los bienes de la justicia.


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