Cuando me llevó allí, vi a un hombre que parecía de bronce brillante. Llevaba en la mano un cordón de lino y una vara de medir, y estaba de pie en la entrada.
“Por eso, esto es lo que dice el Señor: He vuelto a ser misericordioso con Jerusalén. Mi Templo volverá a construirse allí, así como la ciudad, declara el Señor Todopoderoso.