como te conmoviste y te arrepentiste ante Dios cuando oíste sus advertencias contra este lugar y contra su pueblo – quese convertiría en desolación y en maldición – yporque te rasgaste las vestiduras y lloraste ante mí, yo también te he oído, declara el Señor.
“Ahora que estamos recibiendo todo este castigo a causa de nuestras acciones pecaminosas y nuestra terrible culpa – aunquetú, nuestro Dios, no nos has castigado tanto como merecen nuestros pecados, y aún nos has dado este remanente—
“Vinieron y se apoderaron de ella, pero no hicieron lo que dijiste ni siguieron tus leyes. No hicieron todo lo que les ordenaste, y por eso has hecho caer sobre ellos todo este desastre.
Por eso mi furia se desbordó y prendió fuego a las ciudades de Judá y ardió en las calles de Jerusalén, convirtiéndolas en las ruinas abandonadas que todavía son.
Así que les he hecho experimentar mi hostilidad, abrasándolos con el fuego de mi ira. Me he asegurado de que sufran las consecuencias de lo que han hecho, declara el Señor Dios”.
Como resultado, responderé con ira. No los trataré con amabilidad; no seré misericordioso con ellos. Aunque griten pidiendo mi ayuda, no los escucharé”.
y estoy enojado en gran manera con las naciones arrogantes que creen que están seguras. Estaba un poco enojado con mi pueblo, pero ellos han hecho que el castigo sea más severo.
Endurecieron sus corazones como piedras. Se negaron a oír la ley o lo que el Señor Todopoderoso les decía por medio de su Espíritu a través de los profetas anteriores. Por eso el Señor Todopoderoso se enojó con ellos.
Porque esto es lo que dice el Señor Todopoderoso: Yo decidí traer desastre sobre ustedes cuando sus antiguos padres provocaron mi ira y no cambié mi parecer.
¿Hubo acaso algún profeta que sus padres no persiguieran? Mataron a todos los que profetizaban sobre la venida de Aquél que es verdaderamente bueno y recto. Él es Aquél a quien ustedes traicionaron y asesinaron.