compartiendo creencias sanas que no puedan ser cuestionadas. Así, los que se oponen, se avergonzarán de sí mismos y no tendrán nada malo que decir acerca de nosotros.
“Lo que ustedes están haciendo no está bien”, les dije. “¿No creen que deberían respetar a nuestro Dios para que las naciones enemigas no nos critiquen?
Escuchen lo que el Señor tiene que decir, los que tiemblan cuando él habla. Esto es lo que han dicho algunos de los que te odian y te echan: “Que el Señor sea glorificado, para que veamos lo feliz que eres!” pero son ellos los que van a ser humillados.
“Entonces devuelvan al césar lo que le pertenece al césar, y a Dios lo que le pertenece a Dios”, les dijo Jesús. Y ellos estaban sorprendidos de su respuesta.
Uno de los maestros religiosos vino y los escuchó discutiendo. Este reconoció que Jesús les había dado una buena respuesta. Así que le preguntó: “¿Cuál es el mandamiento más importante de todos?”
Jesús se dio cuenta de que el hombre había dado una respuesta pertinente, y dijo: “No estás lejos del reino de Dios”. Después de esto, nadie tuvo la valentía para hacerle más preguntas.
Así que mi mejor consejo es que las viudas que son más jóvenes se casen y tengan hijos y se ocupen del hogar. Así no habrá oportunidad para la crítica que proviene del Enemigo.
Aquellos que enseñan creencias distintas, y no escuchan el buen consejo, especialmente las palabras de nuestro Señor Jesucristo y las verdaderas enseñanzas de Dios,
Asegúrense de actuar apropiadamente cuando estén en compañía de quienes no son cristianos, para que incluso si los acusaran de hacer lo malo, ellos puedan ver sus buenas obras y glorifiquen a Dios cuando venga.
Asegúrense de tener una conciencia limpia, para que si alguno los acusa, sean avergonzados por hablar mal sobre la buena manera de vivir de ustedes, en Cristo.