Su oro y su plata están corroídos, y la corrosión hablará en contra de ustedes, devorando sus carnes como fuego. Ustedes han amontonado riquezas en los últimos días.
En los últimos días, la montaña donde se levanta el Templo del Señor será conocida como la más alta de todas las montañas, elevándose por encima de otras colinas. Muchos vendrán de otras naciones para visitarla.
Comen la carne de mi pueblo, le arrancan la piel y quiebran sus huesos. Cortan su carne en pedazos como carne que se echa a un caldero, como carne que se echa a una olla para cocinar”.
En los últimos días, la montaña donde se erige el Templo del Señor será conocida como la más alta de las montañas que sobresale entre las otras colinas. Multitudes de personas viajarán a ella.
‘Dios dice: En los últimos días, derramaré mi Espíritu sobre toda la gente. Sus hijos e hijas profetizarán. Sus jóvenes tendrán visiones, y sus ancianos tendrán sueños.
Ahora por tu corazón endurecido y tu rechazo al arrepentimiento, estás empeorando tu situación para el día de la recompensa, cuando se demuestre la rectitud del juicio de Dios.
Josué dijo al pueblo: “Miren esta piedra. Está aquí como testigo contra nosotros, pues ha oído todo lo que el Señor nos ha dicho, y será testigo contra ustedes si alguna vez niegan lo que le han prometido a su Dios”.
Los diez cuernos que viste y la bestia odiarán a la prostituta, y le quitarán todas sus posesiones, y la dejarán desnuda, comerán su carne y la quemarán hasta que quede en cenizas.
Pero los cobardes, los que no confían en mí, los que hacen cosas aborrecibles, los asesinos, los que comenten inmoralidad sexual, los que practican hechicería, los que adoran ídolos, los mentirosos, tienen su lugar escogido en el lago que arde con fuego y azufre. Esta es la segunda muerte”.