Dios los bendijo y les dijo: “Reprodúzcanse y multiplíquense; vayan por toda la tierray gobiérnenla. Tengan autoridad sobre los peces que están en el mar y sobre las aves que vuelan por los aires, y sobre cada criatura que se mueve sobre la tierra”.
Pidieron una bendición sobre ella diciendo: “Nuestra querida hermana, que seas la madre de miles de descendientes, y que tus hijos conquisten a sus enemigos”.
Entonces Esaú miró a su alrededor, a las mujeres y los niños. “¿Quiénes son estas personas que están contigo?” preguntó. “Son los hijos que Dios le dio a tu siervo”, respondió Jacob.
Me dijo: ‘¡Escucha! Te haré próspero y haré que tu descendencia sea tan numerosa que te convertirás en el antepasado de muchas naciones, y daré esta tierra a tus descendientes para que la posean para siempre’.
De entre todos mis hijos (porque el Señor me dio muchos) el Señor ha elegido a mi hijo Salomón para que se siente en el trono y gobierne el reino del Señor, Israel.
Los hijos de Ulam eran fuertes guerreros y hábiles arqueros. Tuvieron muchos hijos y nietos, un total de 150. Todos ellos fueron los hijos de Benjamín.
El Señor te hará muy próspero. Tendrás muchos hijos, tu ganado producirá muchas crías, y tu tierra tendrá buenas cosechas, todo esto en el país que el Señor prometió a tus antepasados que te daría.
Serás bendecido con muchos hijos. Serás bendecido con buenas cosechas. Serás bendecido con ganado: tu ganado tendrá muchos terneros, y tus ovejas tendrán muchos corderos.
Tuvo treinta hijos y treinta hijas. Casó a sus hijas con hombres de otras tribus, y trajo a treinta esposas de otras tribus para que se casaran con sus hijos. Ibzán dirigió a Israel como juez durante siete años.