Cuando la recibimos, la disciplina nos parece dolorosa, y no sentimos que traiga felicidad. Pero después produce paz en los que han sido entrenados de esta forma para hacer lo recto.
He estado enfermo desde que era joven, a menudo estuve a las puertas de la muerte. He tenido que soportar las cosas terribles que me has hecho. ¡Estoy desesperado!
Que Dios Todopoderoso haga que este hombre los trate bien para que cuando se presenten ante él libere a su otro hermano y envíe a Benjamín de regreso. En cuanto a mí, si voy a perder a todos mis hijos, que así sea”.