Eva vio que el fruto del árbol lucía bueno para comer. El fruto se veía muy atractivo. Y Eva lo deseaba para obtener sabiduría. Así que tomó del fruto y lo comió, y lo compartió con su esposo, que estaba con ella, y él también comió.
Pero a través de este mandamiento el pecado encontró la manera de despertar en mí todo tipo de deseos egoístas. Porque sin la ley, el pecado está muerto.