La tierra carecía de forma y estaba vacía, y la oscuridad cubría la superficie del abismo. El Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.
“Porque Dios amó al mundo, y lo hizo de esta manera: entregó a su único Hijo, a fin de que todos los que crean en él no mueran, sino que tengan vida eterna.
Porque el Padre ama al Hijo y le revela todo lo que hace; y el Padre le mostrará incluso cosas más increíbles que van a dejarlos asombrados a ustedes por completo.