Mientras vivía allí, cada vez que hablaba de Sara decía “Es mi hermana”.De modo que Abimelec, rey de Gerar, mandó a llamar a Sara y la tomó para que fuera una de sus esposas.
Una vez terminado el período de luto, David mandó traerla a su palacio, y ella se convirtió en su esposa y le dio un hijo. Pero lo que David había hecho estaba mal ante los ojos del Señor.
Ahitofel le dijo: “Ve a dormir con las concubinas de tu padre, las que él dejó aquí para cuidar el palacio. Así todos en Israel se darán cuenta de que has ofendido tanto a tu padre que no hay vuelta atrás, lo que animará a todos tus partidarios”.
“No va a los santuarios paganos de las montañas para comer una comida religiosa, ni adora a los ídolos de Israel. No tiene relaciones sexuales con la esposa de otro ni con una mujer durante su período.
Son el hogar de hombres malvados. Uno hace cosas repugnantes con la mujer de otro. Otro seduce a su nuera, mientras que otro viola a su hermana, la hija de su propio padre.
Dependen de sus espadas para salirse con la suya. Han hecho cosas repugnantes. Se acuestan con las esposas de los otros. ¿Acaso debería el país ser de ustedes?
Yo vendré y los probaré. Estoy listo para ser testigo contra: los que cometen hechicería los que cometen adulterio dicen mentiras dicen falso testimonio engañan a sus empleados oprimen a las viudas y huérfanos abusan de los extranjeros y contra los que no me respetan, dice el Señor Todopoderoso.