Ella no sigue el camino que conduce a la vida, sino que deambula sin saber que está perdida.
Al reflexionar sobre mi vida, vuelvo a decidir seguir tus enseñanzas.
Me has mostrado el camino de la vida, me has llenado de alegría con tu presencia, y con el placer de vivir contigo para siempre.
Haz el bien y vivirás. Busca el mal y morirás.
Ninguno que va donde ella regresa, pues nunca más logran encontrar el camino de regreso a la vida.
Así es como una mujer comete adulterio: come, se limpia la boca, y dice: “¡No he hecho nada malo!”
Pon tu atención en el camino que te has propuesto, y estarás seguro donde vayas.
Porque el Señor ve todo lo que las personas hacen, e investiga cada lugar donde van.
La estupidez es como una mujer escandalosa e ignorante.
Siempre están en búsqueda de relaciones adúlteras, y no pueden dejar de pecar. Seducen a quienes son vulnerables, y se han entrenado en la codicia; son una descendencia maldita.