“No estoy causando problemas a Israel”, respondió Elías. “¡Eres tú y la familia de tu padre! Han rechazado los mandatos del Señor y están adorando a los baales.
Pero cuando llegó a conocimiento del rey, éste envió cartas ordenando que el malvado plan que Amán había planeado contra los judíos recayera sobre él, y que él y sus hijos fueran empalados en postes.
Porque estoy pasando por muchos problemas, ¡Son tantos que no puedo contarlos! Mis pecados se han acumulado formando una gran pila, no puedo ni siquiera ver por encima de ellos. ¡Son más que el número de cabellos en mi cabeza! ¡Siento que me voy a rendir!
Sin embargo, estas personas malvadas se ocultan y están listas para matar a otros, pero ellos mismos son las víctimas. ¡Sus trampas son para ellos mismos!
Si dices: “No sabíamos nada sobre esto”, ¿no crees que el Dios que juzga las motivaciones no se dará cuenta de lo que ocurre realmente? El que te mira desde arriba lo sabe todo, y le pagará a todos según sus actos.
Descubrí algo más horrible que la muerte: una tontería como la mujer que trata de atraparte, que quiere usar su mente y sus manos para capturarte y atarte. Los que siguen a Dios no serán atrapados, pero los pecadores caerán en su trampa.
Tu propia maldad te disciplinará; tu propia desobediencia te dará una lección. Piénsalo y reconocerás qué amargo mal es para ti abandonar al Señor tu Dios y no respetarme, declara el Señor Dios Todopoderoso.
Porque el día del Señor está cerca para todas las naciones. Lo que hagan, eso mismo harán con ustedes. Sus acciones se revertirán sobre sus propias cabezas.