Bebe agua de tu propia cisterna, agua viva de tu propio pozo.
Ahora estoy a punto de caer en total desgracia ante todos en la comunidad”.
¿Por qué dejar que tus fuentes se esparzan por fuera, y tus fuentes de agua sean derramadas por las calles?
Mi hermana, mi esposa, es un jardín cerrado, un manantial de agua cerrado, una fuente sellada.
No escuchen a Ezequías. Esto es lo que dice el rey: Haz un tratado de paz conmigo y ríndete a mí. Así cada uno comerá de su propia vid y de su propia higuera, y beberá agua de su propio pozo.
Todos deben honrar el matrimonio. Los esposos y esposas deben ser fieles unos a otros. Pues Dios juzgará a los adúlteros.