Si en tu necedad has estado jactándote de ti mismo, o has hecho planes para hacer algo malo, détente y pon tu mano sobre tu boca.
Mírenme. ¿No están horrorizados? Tápense la boca con la mano en señal de asombro.
“Yo no soy nada. No tengo respuestas. Pongo mi mano delante de mi boca.
Hasta los tontos son considerados sabios cuando callan; y al no decir nada, aparentan inteligencia.
¡Has visto a un hombre sabio en su propia opinión? ¡Hay más esperanza para un tonto que para él!
El estornino que revolotea, el ciervo, y el rey con su ejército.
Está claro que todo lo que dice la ley se aplica a aquellos que viven bajo la ley, para que nadie pueda tener excusa alguna, y para asegurar que todos en el mundo sean responsables ante Dios.