El hombre que ama la sabiduría, hace feliz a su padre; pero el que visita a las prostitutas, está desperdiciando su dinero.
Los proverbios de Salomón. Un hijo sabio alegra a su padre; pero un hijo necio es la causa del dolor de su madre.
Un hijo sabio trae alegría a su padre; pero un hombre necio aborrece a su madre.
Si amas el placer, te volverás pobre. Si amas el vino y el aceite, nunca llegarás a ser rico.
Los sabios retienen su riqueza y el aceite que poseen, pero los tontos gastan todo lo que tienen.
Hijo mío, si piensas con sabiduría me harás feliz;
Hijo mío hazme feliz con tu sabiduría, para poder responder a los que me critiquen.
Si cultivas la tierra, tendrás abundante alimento; pero si sales a cazar fantasías, terminarás con las manos vacías.
Si guardas la ley, eres un hijo sabio; pero si te juntas con malas compañías serás vergüenza de tu padre.
Puedes comprar una prostituta por el precio de una rebanada de pan, pero el adulterio con la mujer de otro hombre puede costarte la vida.
Unos días más tarde, el hijo menor empacó sus cosas y se fue a un país lejano. Allí gastó todo su dinero, viviendo una vida temeraria.
Pero ahora este hijo tuyo regresa, después de haber desperdiciado tu dinero en prostitutas, ¡y tu matas el becerro gordo para él!’