Confiar la entrega de un mensaje en manos de un tonto, es como cortar tus pies o beber veneno.
Así como el vinagre irrita los dientes y el humo irrita los ojos, los perezosos irritan a sus empleadores.
Un mal mensajero crea problemas; pero un embajador fiel trae sanidad.
El mensajero fiel es un fresco para su maestro, como la nieve fresca en un día caluroso de siega.
No respondas al tonto según su estupidez, o pensaran que son sabios.
Un proverbio dicho por un tonto es tan inútil como las piernas de un inválido.
Pero los hombres que habían ido con él no estaban de acuerdo. “¡No podemos ir a luchar contra este pueblo! ¡Son mucho más fuertes que nosotros!”