Absalón les dio órdenes a sus hombres, diciendo: “¡Atención! Cuando Amnón se sienta contento por haber bebido vino y yo les diga: ‘¡Ataquen a Amnón!’, entonces mátenlo. No tengan miedo. Yo mismo se los orderno. Sean fuertes y valientes”.
Uno de los funcionarios de Elá, llamado Zimri, que estaba a cargo de la mitad de sus carros, tramó una rebelión contra él. Una vez Elá estaba en Tirsa, emborrachándose en la casa de Arza, el administrador del palacio de Tirsa.
“Estén alerta para que no se distraigan en fiestas o emborrachándose o por las preocupaciones de esta vida, y entonces este día los tome por sorpresa como si fuera una trampa.