Si corriges con castigo físico a tu hijo, lo salvarás de la muerte.
Los que no disciplinan a sus hijos, los odian. Los que aman a sus hijos los disciplinan con cuidado.
Los niños son ignorantes por naturaleza. La corrección física les ayudará a entrar en razón.
Pero cuando somos juzgados, estamos siendo disciplinados por el Señor, a fin de que no seamos condenados junto con el mundo.
Entreguen a este hombre en manos de Satanás a fin de que su naturaleza pecaminosa sea destruida y él mismo pueda ser salvo en el día del Señor.