No evites disciplinar a tus hijos, pues un golpe no los matará.
Los que no disciplinan a sus hijos, los odian. Los que aman a sus hijos los disciplinan con cuidado.
Disciplina a tu hijo cuando aún hay tiempo, pero no lo mates.
Los niños son ignorantes por naturaleza. La corrección física les ayudará a entrar en razón.
Enfoca tu mente en la instrucción; escucha las palabras de conocimiento.
La disciplina y la corrección proporcionan sabiduría; pero el hijo que no recibe disciplina es una vergüenza para su madre.
Disciplina a tus hijos, y no te causarán preocupaciones. Te harán muy feliz.
Así que sean pacientes cuando experimenten la disciplina de Dios, porque quiere decir que los está tratando como a sus hijos. ¿Qué hijo no experimenta la disciplina de su padre?