No muevas los hitos fronterizos que establecieron tus antepasados.
Los malvados mueven linderos; se apoderan de los rebaños ajenos y los trasladan a sus propios pastos.
No muevas las fronteras antiguas, y no invadas los campos que pertenecen a huérfanos,
No seas como el criminal que espera para entrar por sorpresa en las casas de las buenas personas. No ataques el lugar donde viven.
No muevas los linderos de tu vecino. Fue colocado allí por tus antepasados para marcar la asignación de tierra que recibirás en el país que el Señor tu Dios te está dando como posesión.
“¡Maldito sea el que mueva los linderos de su vecino!” Todos dicen: “¡Amén!”