Los que pagan el precio son los malvados y no los justos; también pagan los mentirosos y no los que viven en rectitud.
Los rectos son librados de las dificultades, pero los malvados estarán en dificultades.
Y Jesús murió por culpa de los pecados, una vez y para siempre, el Único que es completamente verdadero y justo, por aquellos que somos malos, para poder llevarnos a Dios. Fue llevado a muerte en su cuerpo, pero vino a la vida en el espíritu.