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Referencias Cruzadas

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Proverbios 20:22

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No digas: “Me pagarás por este mal que me has hecho”. Déjaselo al Señor, y él te ayudará.

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19 Referencias Cruzadas  

Tal vez el Señor vea cómo estoy sufriendo y me pague con bien sus maldiciones de hoy”.

¡Confía en el Señor! Confía, ¡Él te dará fuerza! ¡Confía en el Señor!

Confía en el Señor, y permanece en su camino. Él te levantará y te dará la tierra que te ha prometido. Verás con tus propios ojos cuando los malos sean destruidos.

El Señor los ayuda y los rescata de los malvados. Él los salva, porque ellos van a él por protección.

Si pagas con mal el bien, el mal nunca saldrá de tu casa.

Si tienes inteligencia, serás lento para enojarte. Serás respetado al perdonar ofensas.

La riqueza rápida no te hará bien al final de cuentas.

No digas en tu pensamiento: “Voy a hacerle lo mismo que me hizo! ¡Haré que me pague por lo que ha hecho!”

Pero los que confían en el Señor verán renovadas sus fuerzas. Volarán alto con alas como las águilas. Correrán y no se cansarán. Caminarán y no se agotarán.

No busques venganza ni guardes rencor a nadie, sino ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.

Pero yo les digo, no pongan resistencia a alguien que es malvado. Si alguien les da una bofetada, pongan la otra mejilla también.

Me aseguro de que se haga justicia, lo pagaré. Se acerca el momento en que caerán, se acerca el día del desastre, su perdición llegará pronto.

Asegúrense de que ninguno de ustedes pague mal por mal, sino traten siempre de hacer el bien unos a otros.

y cuando fue maltratado, no replicó. Cuando sufrió, no amenazó con venganza. Simplemente se puso en manos de Aquél que juzga siempre con justicia.

No paguen mal por mal, ni reclamen cuando otros sean abusivos, sino bendíganlos, porque a eso fueron llamados, para que puedan recibir bendiciones ustedes mismos también.

De modo que los que sufren conforme a la voluntad de Dios, del Creador fiel, deben asegurarse de que están haciendo el bien.

“¡Todos, tomen las espadas!” ordenó David. Y todos se pusieron las espadas, y David también lo hizo. Unos cuatrocientos hombres siguieron a David, mientras que doscientos se quedaron atrás para custodiar sus pertrechos.




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