Las palabras de los necios los meten en problemas, como si pidieran a gritos una paliza.
Los necios se enojan con facilidad; pero si eres prudente, ignorarás los insultos.
El orgullo solo causa conflicto; pero los sabios aceptan el consejo.
Los sabios son cuidadosos y evitan el mal, pero los necios andan confiados en su imprudencia.
Las palabras de los tontos herirán su orgullo, pero las palabras de los sabios los protegerán.
El comienzo de una discordia es como la primera grieta en una presa de agua, así que abandónala antes de que la discusión estalle.
Los que se enojan con facilidad tienen que pagar el precio por ello. Si les ayudas, tendrás que hacerlo de nuevo.
El castigo está preparado para los burladores, y el azote para las espaldas de los tontos.
Evitar el conflicto es hacer lo correcto. Pero los necios se apresuran a iniciar la discusión.
Deshazte de los burlones y acabarás con el conflicto. Entonces no habrá discusiones ni insultos.
Mejor es vivir en un rincón de la azotea, que compartir toda la casa con una mujer conflictiva.
La piedra puede ser pesada, y la arena puede pesar mucho, pero la molestia causada por la gente estúpida es la mayor carga de todas.
Cuando un sabio lleva a un tonto a la corte, habrá rabia y ridículo pero sin soluciones.