Yo oré: “Señor, por favor, escúchanos, porque nos están tratando con desprecio. Haz que sus insultos caigan sobre sus propias cabezas. Que se los lleven como un botín, prisioneros en tierra extranjera.
La gente piensa que es extraño que ustedes ya no participen con ellos de este estilo de vida lleno de excesos, y por eso los maldicen. Pero ellos tendrán que dar cuentas de lo que han hecho contra Aquél que está listo para juzgar a los vivos y a los muertos.
Saúl se enojó mucho con Jonatán y le dijo: “¡Rebelde hijo de puta! ¿Crees que no sé que prefieres al hijo de Isaí? ¡Qué vergüenza! ¡Eres una vergüenza para la madre que te dio a luz!