Pero no he tenido prisa por dejar de ser tu pastor. No he querido que llegara el tiempo de los problemas. Sabes que todo lo que he dicho lo he dicho delante de ti.
Dile a los amonitas que escuchen el mensaje del Señor Dios, porque esto es lo que dice el Señor Dios: Porque dijisteis: ‘¡Oh, qué bien!’ cuando mi santuario fue ensuciado, cuando el país de Israel se convirtió en un páramo y cuando el pueblo de Judá fue llevado al exilio,
Por causa de la violencia con la que has tratado a tus hermanos, los descendientes de Jacob, tendrás que avergonzarte de ti mismo y quedarás destruido para siempre.
Si alguno de ustedes vive cómodamente en este mundo, y ve a su hermano o hermana en Cristo padeciendo necesidad, pero no tiene compasión, ¿cómo podemos decir que el amor vive en ustedes?