Las personas malvadas escuchan las palabras dañinas; y los mentirosos escuchan las palabras de maldad.
Dios me ha entregado a la gente malvada; me ha arrojado en sus manos.
Los necios creen cualquier cosa que les dicen, pero los prudentes piensan en lo que hacen.
Los que rechazan la ley alaban a los malvados, pero los que guardan la ley luchan contra ellos.
Les dicen a los que ven visiones: “¡Dejen de ver visiones!”, y a los profetas: “No nos den profecías sobre hacer el bien; sólo dígannos cosas agradables y dennos profecías falsas.
Los profetas dan falsas profecías; los sacerdotes gobiernan a su antojo. Mi pueblo lo quiere así, pero ¿qué hará cuando todo se derrumbe?
Ellos pertenecen al mundo, y hablan como personas del mundo, y el mundo los oye.